La moción por la autonomía que se ha presentado en la Diputación de León ha tenido una difusión inesperada en los medios de comunicación nacionales. La visibilidad de la reivindicación leonesa ha sido notable, porque en numerosos periódicos locales y en las televisiones nacionales se le ha dedicado espacio, más allá de la propia moción.
Ninguno de los dos promotores esperaba este impacto público. De hecho, la incoherencia en las respuestas a los periodistas denota que, ni en UPL habían madurado el camino a seguir, ni su defensa, ni en el PSOE tenían una línea común de pensamiento sobre este tema. Tampoco el público demostró rigor: la mayoría no ha leído una moción que no alcanza las dos carillas de folio, ni conoce los caminos constitucionales para llegar a la autonomía.
En una cosa hay acuerdo en la calle: la mayoría social de los leoneses apoya la autonomía de León, y en muchas otras provincias y regiones se ve con simpatía y comprensión esta reivindicación. Hay un pulso informativo de este problema en los medios, a pesar de la censura impuesta por la Junta de León y Castilla al periodismo que controla.
Interesantes son los efectos que está teniendo en las distintas ramas políticas de la provincia de León. En el leonesismo está provocando la apertura de dos vías: la que defiende la autonomía de tres provincias a la vez o nada, y otra que aboga por la autonomía de la provincia de León, donde el apoyo social es mayoritario. La segunda vía dejaría abierto el camino a la incorporación de las otras provincias. En esta lid, UPL puede quedar descolgada, si no adapta sus estatutos a una posición pragmática: donde existe voluntad clara de autonomía es en la provincia de León desde el periodo preautonómico.
En el socialismo se abrió una brecha por la incoherencia entre un apoyo mayoritario a la Autonomía Leonesa en su militancia y la oposición de sus jerarquías por razones inexplicadas. Sin embargo, se demostró que varios ministros no lo ven con malos ojos. Fue una señora de Burgos la que se puso a la altura de Esther Muñoz sin importar lo socialista que diga que es. Respecto al PP, ha quedado claro que hay un deseo de la militancia de autonomía para León que encarna el alcalde de La Virgen del Camino, que se coarta por la jerarquía y sus mercenarios leoneses. La «historia de éxito» de Mañueco resultó ser un infierno. No quieren dejar que crezca una marea que les podría desautorizar.