Modelo de éxito

Los hay que a diario alaban su gestión pregonando que España o la Comunidad Autónoma son un modelo de éxito y en lo único que participan es en el exterminio de todo aquel territorio que no se considere capital. Su modelo se basa principalmente en la centralización de la mayoría de los servicios y con ello las instalaciones de las grandes empresas y no les duele en prenda ni se sonrojan auspiciando en directo al vaciado de los demás territorios. Los pueblos y ciudades se despueblan, el éxodo de jóvenes es constante en busca de un trabajo que en su lugar de origen no existe. Llegan a la gran ciudad con la mochila repleta de sueños y la inmensa mayoría solo encuentran trabajos precarios y mal remunerados, en el mejor de los casos un poco por encima del salario mínimo interprofesional. Salarios que no les dan para emprender una vida en solitario o en pareja y se ven abocados a compartir vivienda. Capitales de calles contaminadas que la renta media de un piso está casi por encima del salario recibido. A la juventud más preparada, le espera un futuro incierto, lleno de incertidumbre a punto de desbordarse en una gran depresión, no son capaces de asegurarse un trabajo decente como decente un salario y mucho menos pensar en un modelo de familia, esto supone un momento trágico en la sostenibilidad de un país, la natalidad está en caída libre. Los pueblos quedan abandonados, las casas se vacían y a duras penas sobreviven a una nueva grieta, los más mayores esperan con la mirada puesta en el horizonte y con la esperanza intacta de que algún día el destino lleve el progreso para su tierra. ¿A quien le debemos estos modelos de éxito?, quizás sea a esa casta política, bien domada y entrenada para repetir la mentira aprendida, dicen que trabajan por el bien común y que su objetivo es la solidaridad entre los pueblos. Nos engañan, saben que el pueblo no tiene derecho a saber «de la verdad política», sus promesas se convierten en mentiras una vez que pasa el tiempo en el que se buscan los votos. Tienen los derechos adquiridos en propiedad, son los elegidos por el pueblo pero nunca para el pueblo. Viajan escondidos entre cristales tintados, disimulan servilismo y son capaces de inventar patrañas que puedan contener a una masa desconcertada y desilusionada. Hoy los jóvenes acumulan dos crisis seguidas y no se atisba ninguna solución, ¡ojo!, no los perdamos de vista, ellos no peinan canas y su rebelión esta por llegar.