Con frecuencia destacamos el mérito de mujeres artistas y deportistas, pero también deberíamos reconocer el talento femenino en la ciencia y esta semana, en León, estamos de enhorabuena, pues Silvia Nicolás, el pasado miércoles 19 de marzo, ha pasado a ser académica de la Academia de las Ciencias Veterinarias de Castilla y León.
Esta leonesa de 43 años se crió en La Pola de Gordón, su madre es médico rural y su padre ingeniero de telecomunicaciones, por lo que ya en casa el ambiente era proclive al amor por las ciencias.
Estudió Veterinaria y realizó su tesis doctoral sobre el estudio de células madre, recibiendo la calificación de sobresaliente cum laude. Este doctorado y su especialización en genética fue la razón por la que, durante la pandemia, trabajó designada por el Bocyl en el Laboratorio Regional de Sanidad Animal realizando diariamente durante cuatro meses P.C.R. en apoyo al Sacyl.
Silvia ha desarrollado su trayectoria laboral a pie de campo en localidades como Puebla de Sanabria, Astorga y Riello como veterinaria titular de la Junta, aunque actualmente ha sido derivada a los servicios centrales de la misma.
Su trayectoria es impresionante, pero el aspecto que más llama la atención es su dedicación apasionada al estudio de la Historia de la Veterinaria en civilizaciones antiguas, tarea que la condujo a estudiar lenguas como el sumerio, el acadio o los jeroglíficos egipcios, y por la que ha escrito numerosos artículos por los que ha recibido premios, el último en Sudáfrica, cuando visitó Pretoria y Ciudad del Cabo y obtuvo el galardón Rudolph Bigalke de manos de la Sociedad de la Historia de la Veterinaria sudafricana.
Colabora habitualmente con el IBO (Instituto Bíblico Oriental), ubicado antes en León y desplazado actualmente a Cistierna (qué manía tan leonesa alejar de la ciudad todo museo no relacionado con la Semana Santa), pero ese es otro tema. Hoy toca celebrar la excelencia.