marfte-redondo-2.jpg

Una mujer de negra sombra

18/05/2024
 Actualizado a 18/05/2024
Guardar

De entre la pastosa niebla nocturna que parece querer devorarlo todo, surge un hueco de luz a la tenue claridad de una farola. Emerge una sombra que cuaja de angustia la nada. Una mujer que camina despacio. Pasea, mientras rasga el silencio nítido de la noche, clavando sus tacones en la garganta de piedra de la calle Ordoño II. A su lado, una hilera de casetas en reposo, preñadas de letras, acecha sus pasos. Son las guardianas de la Feria, y albergan libros escondidos que atesoran cientos de historias negras. Algunas rezuman la sangre fresca de David Lozano Garbala, y las visiones literarias que ha concebido el talento creador de Ana Merino, o acaso se halle entre ellas el estreno detectivesco de don Miguel de Unamuno salido de la chistera del profesor Luis García Jambrina. De pronto la mujer detiene el paso. Lleva un rato palpándose el bolsillo del abrigo blanco de cachemir. Una prenda ligera sobre su cuerpo frágil. Pero el abrigo es denso, una prenda insólita para estas postrimerías del mes de mayo. Sí , aquí está , al fondo, la 138 Smith and Wesson del especial, el mismo que llevaba la que mató a Pedro navaja. La mujer es blanca como la luna, esa luna que hoy no reina en la noche leonesa porque la embargó la presencia de la muerte, que turbia, ulula por las esquinas de la avenida vacía.

Lúgubres pensamientos merodean por su mente que fluctúa entre el negro estándar y el rojo de la sangre lujuriosa que propone Espido Freire que junto a Carlos Fidalgo comparte el misterio oficio de mentir. 

La mujer-sombra piensa en todos sus encuentros: con Beatriz Osés y su joven detective Erik Vogler o con la Ilustrísima Marta Prieto. Aprieta el paso mientras sueña con los vínculos del escritor Manuel Suárez y su pena negra ante la némesis final. 

Su recuerdo revolotea sobre las novelas que quedaron en su casa, aposentadas sobre la mesilla de noche de desvelos, como aquel que propició el canto del Gallo Gorgonio, la criatura de Alejandro. 

Ella apura el paso mientras piensa en el último día de esa semana , en el que acampará el universo del cómic de Javier de Castro embrujado por los ojos claros agua marinos de Lola Cabrillana. Y Ana María Campelo convencerá de que no podemos cambiar el destino, a lo que la inspectora Petunia, de Rosa del Valle, asentirá. Luego tendrá la última palabra Noemí Sabugal, que la invitará a adentrarse en sus territorios creativos entre Madrid y León. ¿Será posible resistir la tentación?

La mujer, entonces, detiene el paso y observa el letrero del local que buscaba anhelante: Renta Cuatro. «Aquí es donde he quedado con ellos» y extrae el programa y consulta las fechas: ‘León en Negro, jornadas del 22 al 24 de mayo’. Cierra los ojos y deja que la negra sombra devore también su recuerdo, ese que ni su revólver es capaz de acallar.

Lo más leído