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Navidades de aldea

27/12/2023
 Actualizado a 27/12/2023
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El ciclo navideño –llamado también ciclo de los doce días, que son los que van desde Nochebuena y Navidad hasta los Reyes Magos– ha contado en el pasado, en nuestros pueblos, con muy hermosas manifestaciones de religiosidad popular.

Creencias, ofrendas, ramos, representaciones dramáticas, cantares, peticiones de aguinaldos…, configuran toda una ritualidad antigua, elaborada a lo largo de siglos por nuestras gentes campesinas y que ha configurado sus vidas, anhelos y hasta su modo de estar en el mundo.

Habremos de conformarnos, como ejercicio de la memoria, con proporcionar unos meros ejemplos sobre cómo celebraban las Navidades nuestros campesinos en sus pueblos y aldeas.

En los filandones invernales, se preparaban diversas manifestaciones de religiosidad popular navideña. Las mozas, que habrían de cantar el ramo de Nochebuena, comenzaban a ensayarlo, ayudadas por algún versificador y alguna experimenta cantadora. Tal ocurría, por ejemplo, en El Páramo (y en otras comarcas), según nos documenta Cándido Santiago Álvarez.

En la comarca leonesa de Rueda, está documentada, en la segunda mitad del siglo XVIII, la ofrenda de ‘una caridad’, que habían de ofrecer todos los vecinos por turno, consistente en una porción de pan, «partida en torrejillas», que se dan a la iglesia y una oblada de dos libras, «todo pan cocido», más una cerilla y un ochavo de vino para el párroco, que habría de bendecirlo y rezar un responso.

Además de en todos los domingos a lo largo del año, tal ‘caridad’ había de ofrecerse, por turno, «el día de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo» y por partida doble: «una a la misa del gallo (esto es, en Nochebuena) y otra a la popular».

Ahora imaginemos, por ejemplo en Gradefes, ese rito, celebrado en el ciclo navideño, de sorteo de parejas entre mozos y mozas, con el canto de las ‘marzas’ por parte de los mozos, parándose ante las casas de las mozas que, en tal sorteo, han salido como novias.

O imaginemos también, en los pueblos en los que tales representaciones se han producido, las escenificaciones, en el corral de alguna casa, con todos los vecinos reunidos, de las pastoradas o corderadas, o el auto de los Reyes Magos.

O, en fin (y ya que el ramo y el vestirlo se ha puesto de moda, como seña de identidad en todo León), imaginemos a las mozas, en la Nochebuena, cantando el ramo en la iglesia y ofreciéndolo, vestido, ante la Virgen y el Niño en el templo, portado por un mozo o por un hombre.

En Nava de los Caballeros, por ejemplo, las mozas comienzan a entonar así el canto del ramo, en el portal de la iglesia: «En este portal estamos / reunidas las doncellas / con un ramo ‘pa’ la Virgen, / que ya venimos a verla».

Qué extraordinaria riqueza y variedad tienen las manifestaciones de nuestras gentes campesinas a la hora de celebrar las fiestas navideñas. Todo un patrimonio que hemos de documentar y guardar en la memoria colectiva.

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