Marcelino Fernández Ibáñez ⸺hipocorístico ‘Nino’ para sus más allegados⸺, presidente de la Asociación de Amigos del Patrimonio de León, Promonumenta, ha sido investido el pasado viernes hijo predilecto de León por la Corporación Municipal. A finales del siglo pasado nace de la mano de Víctor Manuel Ferrero León dicha asociación cultural en defensa del patrimonio leonés. Desde entonces ha venido creciendo en número de socios y actividades con la intención de actuar contra el abandonado, mal estado o en vías desaparición, de edificios monumentales de la provincia leonesa. Es el espíritu de la vieja “hacendera” trasladado al mundo de la cultura. Pocos son los lugares o monumentos históricos leoneses donde Promonumenta no haya intervenido, siendo un ejemplo para otras asociaciones del mismo cariz.
Desde que ocupó la presidencia en 2007 hasta la actualidad, Marcelino ha sido promotor y director, en términos generales, de un gran numero de actividades, por no decir ‘alma mater, pater y frater’ de las mismas, tales como las susodichas hacenderas, viajes culturales por España y Portugal, así como visitas guiadas, charlas, conferencias, recitales, presentación de libros monográficos, etc.
No soy persona que ande regalando elogios por el mundo, ni la más indicada para ensalzar a Nino como merecedor de galardones, pues me une a él, además de compartir Promonumenta como vicepresidente, una gran amistad, compañerismo y camaradería. Sin embargo, por esa misma razón, el acercamiento mutuo me otorga, modestamente, tener un mayor y mejor conocimiento para informar.
Durante la trayectoria presidencial de Marcelino, Promonumenta ha recibido los siguientes lauros: Medalla de oro y de plata del Colegio de Arquitectos de León; Socio de Honor de la Sociedad para el Fomento de la Cultura (SOFCAPLE); Miliario de San Juan, de la Asociación Vía Nova, de Torre del Bierzo (León); Tenente del Castillo de Cornatel, de la Asociación de Amigos del Castillo; Premio otorgado por la revista CamparredOnda; Teja de Agradecimiento de la Asociación de Embrujo de la Valduerna y Premio Alfonso IX del Ateneo Leonés.
Por lo que respecta a la incidencia particular de Marcelino Fernández Ibáñez en la recuperación de elementos concernientes al patrimonio leonés —además del auge experimentado durante su presidencia de una revista, como la de Promonumenta, reconocida como de las más prestigiosas de España en su género—, es preciso señalar a su favor tres aportaciones fundamentales:
1) Intervención decisiva, junto a la del Colegio de Arquitectos de León, para evitar la destrucción de un mural en mosaico de los monarcas del Reino de León. Datado en los años 70 del pasado siglo y situado antaño en el exterior del desaparecido edificio del INSS en la Avda, de la Facultad, se puede ver ahora sano y salvo en la Tesorería de la Seguridad Social de la calle Cinco de Octubre nº 20.
2) Mediador en lo que concierne a una Cruz Procesional del siglo XVI, verdadera joya de arte elaborada por el orfebre Juan de Ferreras. Esta obra salió a subasta en Durán Sala de Arte (Madrid). Gracias a una rápida y decisiva gestión suya, dicha cruz fue adquirida por la Junta de Castilla y León al precio de 6.000 euros, estando ubicada actualmente en el Museo de León.
3) Apoyo, en nombre de Promonumenta, a la controvertida reparación del pavimento en la Plaza del Grano, proyectada por el arquitecto Ramón Cañas.
Lo referido solo es un esbozo informativo como albricia y colofón al merecido homenaje de Marcelino como hijo predilecto de León.