09/04/2021
 Actualizado a 09/04/2021
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Como sigan peatonalizando el centro cuando baje de Trobajo a León voy a tener que aparcar el coche en el Leclerc». Con esta alegría recibió un amigo las primeras imágenes virtuales (porque se ven niños, y todo el mundo sabe que en 2023 ver a uno en León va a ser como divisar a un urogallo) de la futura peatonalización de Los Cubos.

Y es que, como todo, la obra tendrá sus detractores y sus partidarios, grupo en el que me van a apuntar si hacen el favor por el simple hecho de que pretende poner en valor el patrimonio de la ciudad, lo nuestro, algo que en esta tierra no suele ser demasiado habitual.

Ayer andaba por aquí Pedro Duque y el hombre no debía saber ni en qué ciudad estaba, como esos cantantes que van de gira y se confunden alentando a las masas. Claro que en el caso de un astronauta hasta se le disculpa. Qué coño le va a importar a un paisano que ha estado en la luna si está en León o en Albacete.

Pero la cosa es que para los que no hemos estado tan cerca de la misión espacial, visitar sitios parece ser una actividad que gusta bastante entre la población mundial. En previsión de que algún día pueda volver, da la sensación de que habría que apretar un poco para explotar como merece una tierra que lo tiene prácticamente todo.

Es un disparate que una acera por la que no caben dos personas a la vez sea la única manera de disfrutar de una muralla que en un lugar sin la historia de este sería su principal atracción y que es además el lugar de celebración de una tradición pagana que tendría peregrinos en cualquier lugar del mundo... si la conocieran.

Total, a los vecinos del Ejido ya les hicieron la faena de tener que dar la vuelta con el coche cuando se peatonalizó la Calle Ancha... y no creo que a nadie se le ocurriera hoy dar marcha atrás, pero... ¿a quién le gusta una obra?
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