Si eres fiel aficionado al Ademar, como yo, probablemente estés acostumbrado a lo mejor y a lo peor. Constancia tengo del notable enfado de muchos seguidores ademaristas tras el empate de hace poco más de una semana ante el Guadalajara en un partido a domicilio que prácticamente tenía ganado y se escapó en los minutos finales, pero que contrasta con la brillante victoria ante el Granollers este pasado domingo, cuando un gran juego grupal de todo el equipo dejó sin ideas durante buena parte del encuentro a uno de los rivales directos de la liga Asobal para luchar por los puestos que dan acceso a la competición europea la temporada que viene. Sin embargo, ahí radica la magia del deporte, en que tu equipo te dé sorpresas para bien y para mal cuando no te lo esperas.
Lamentablemente, pese a la ilusión generada, donde no ha habido sorpresa en la presente temporada ha sido en la vuelta a Europa del Ademar. Tras tres años de ‘sequía’, el conjunto marista volvió a hacer a su afición vibrar y soñar a principios de septiembre al lograr remontar la eliminatoria ante el Braga en el Palacio con la mejor entrada y ambiente de lo que va de año para clasificarse para la fase de grupos de la liga europea. No obstante, la exigencia del calendario, las lesiones y el buen nivel de los otros equipos ha deslucido la participación del equipo leonés, que ha cerrado su casillero con una victoria en seis partidos a pesar de que si existía la aspiración de intentar pasar de ronda.
Un retorno a Europa que, más allá de lo desfavorable de los resultados, ha dañado la imagen del Ademar. Al igual que en el partido previo de clasificación ante el Braga fue todo un acierto regalar a los socios una entrada para llenar el Palacio, la propuesta de hacer pagar 20 euros al socio y 60 al que no lo fuera para ver los tres partidos de la fase de grupos de la liga europea ha sido, a mi juicio, un grotesco error. Con la vuelta a competición europea, el club tenía la oportunidad de volver a enganchar a la afición leonesa que siempre ha tenido el balonmano con precios populares para buscar un Palacio a rebosar, pero tristemente, con los tarifas fijadas, se han visto los partidos con menos público y muchas butacas desangeladas.
Ojalá esta vuelta a Europa del Ademar pueda ser un hasta pronto y la temporada que viene se encienda la llama del sueño europeo, pero, independientemente de que suceda o no, el éxito o el fracaso no sólo van a depender de lo que suceda en la cancha, puesto que desde el palco también queda mucho por hacer para llenar el Palacio como se merece y se recuerda. Mientras no se apueste por el aficionado, se trabaje para conectar con la gente a través de las redes sociales y se promocione el balonmano por toda la provincia, el conjunto marista tiene muchas opciones de contar cada año con menos fieles.