«Ojo con el perro»

06/02/2025
 Actualizado a 06/02/2025
Guardar

Con Pedro Sánchez haciendo malabares por mantener atadas sus mayorías de Gobierno y las encuestas electorales dando alas a Vox, estaba claro que los ultras de este país iban a aprovechar el momento para azotar un nuevo golpe al «buenismo» y los «zurdos», confiando en que, con un poco de suerte, todos recapacitemos sobre el peligro que supone la inmigración, excepto si son de Ucrania o de Israel. Con Trump y Milei como ejemplos a seguir y Abascal entonando en las televisiones más retrógradas el «make Europe great again», la xenofobia ‘verde’ vuelve al grado superlativo. Ahora han decidido llenar Villaquilambre y otros lugares de España con carteles que, como si fuera aquel de «ojo  con el perro», te ponen en alerta para que guardes la cartera y aprendas rápido alguna llave de kung fu si se acerca un chico subsahariano paseando tranquilamente por la acera del Caminón. No existen los escrúpulos para esta gente que siembra odio y recoge votos, que ayer te dijeron que te prepararas para una «invasión de menas» y hoy te dicen que tengas mucho cuidado si pasas por Villarrodrigo de las Regueras, porque hay 200 «ilegales», que no personas, «repartidos» por las habitaciones del antiguo hotel del Pozo, con ganas de hacer todo tipo de barbaridades contra los inocentes vecinos, como jugar al fútbol o aprender español para más adelante lograr un trabajo que los demás no querremos. Los hay incluso que dan limosna a los que piden en la calle, porque ellos tienen más presente lo que no es tener nada y que la gente no te mire o, si lo hace, no sea con ojos compasivos. Esta es la realidad que vemos todos los que nos cruzamos por esa acera con alguno de los chicos subsaharianos acogidos por San Juan de Dios en Villaquilambre, porque nadie, ni vecinos ni Policía, ha confirmado ni un solo incidente entre ellos y los leoneses. ¿Qué más dará los hechos si solo importa el comecocos particular? A aquellos que levantaron el municipio  –junto a otros a priori moderados– porque venía una «legión» de migrantes africanos no les importa la seguridad de los vecinos, sino manipularles con campañas deleznables, al tiempo que en sede democrática exigen conocer «si están trabajando» o si ahora «van a meternos también a los de Marruecos». Ahí igual no ven tan mal pagarles un avión para que vengan un día con niebla y así, con suerte, los desvían a Asturias. 
 

Lo más leído