07/08/2024
 Actualizado a 07/08/2024
Guardar

Algo así dice el viejo bolero que cantaban Los Panchos. Pero no es amor a lo que voy, como el conflicto de unos amantes que han llevado a cabo su ruptura. Hablo del hedor de la guerra, como un Mambrú. El mismo hedor que se respira en Gaza, en Ucrania o en los conflictos que buscan Alemania y Francia y arrastrarían a la UE a una guerra mundial que en Europa comienza a fraguarse. En el comienzo de la Eneida dice Virgilio: «Arma virumque cano» canto a los hombres y a la guerra). 

En España, el cepo independentista ha mordido carne y los españoles sufren la ambición sin límites del Sátrapa que anida en la Moncloa. Desde ahí está a punto de culminar «todo lo que dijo que no iba a hacer». En ciernes está la venta de aquel trolero, Salvador Illa, que demostró ser un inútil total. Y como no es fácil desprenderse de un lerdo, la oferta lleva un sobrecoste de 26.000 millones de euros de nuestro dinero. Un dispendio que provocará una cuantiosa subida de impuestos para el resto de España, a fin de que Cataluña, una vez independizada, eche a andar hacia el abismo. Pero lo malo, aunque parezca imposible, es que todo puede empeorar y, cada vez que pierda fuelle, volverán a pedir y cualquier gobierno les volverá a insuflar dinero. Si Sánchez lo hace con Marruecos ¿por qué no iba a hacerlo con los separatistas?

Pero, con ser grave el acuerdo PS-ER, lo más alarmante es la intención de convertir España en un estado federal. Un puzzle letal que hará más ricos a los ricos y más pobres a los pobres (no hace falta aclarar de qué lado están Castilla y León). Los agravios serán inevitables, las confrontaciones severas y la monarquía en entredicho.

En la República Federal Alemana, el Land de Baviera hace cuanto puede por abandonar la federación, pero el Estado lo impide tajantemente. Lo mismo que Francia con el Rosellón, Alsacia, Vascongadas, Bretaña y Córcega que también desearían verse sueltas. O Escocia, de la Gran Bretaña. Tales tipos de separatismo están prohibidos en Europa por la inseguridad y perjuicios a la convivencia y los estados.

El problema, es la cobardía que el Sápatra oculta y las risitas de su máscara. Nadie en sus cabales se jactaría de tener que arruinar un país por el mero hecho de conservar un puesto que está más que nunca en entredicho. Ni por tener en los tribunales a su mujer, su hermano y él mismo. Como sabiamente dice la maldición del gitano: ‘Pleitos tengas’… Pues ahí están esperándole los que guarda Puigdemont, sin ir más lejos.

Volviendo al hedor, por donde empecé, recuerdo el libro ‘Algo huele a podrido’ de Martín Vigil. Habrá que buscarlo.

Lo más leído