02/11/2024
 Actualizado a 02/11/2024
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La fechoría ya está hecha. Hemos sido testigos de un nuevo cambio de cromos entre partidos políticos, traicionando el interés general. Habrá quienes les compren su mensaje manipulado, pero allá ellos y su ignorancia y sectarismo. Lo que han hecho el Gobierno y sus socios con el nombramiento de los integrantes del Consejo de Administración de RTVE no tiene nombre. Bueno, sí lo tiene, es una canallada que aumenta la politización de este medio de comunicación público.

La Red de Colegios Profesionales de Periodistas y otras organizaciones profesionales alertaron sobre la intención real que estaba detrás de la decisión del Gobierno de modificar el modo de designación de los miembros de dicho Consejo. Antes los consejeros debían contar con la mayoría de dos tercios del Congreso para ser elegidos, pero ahora basta en segunda ronda con mayoría absoluta. Es decir, no hace falta contar con el apoyo de la oposición. Por otro lado, el Consejo estaba formado por 10 miembros y ahora pasa a 15, de los cuales 11 son elegidos por el Congreso y 4 por el Senado. En resumen, la radio y televisión pública pasa a estar controlada por el Gobierno y sus socios. 

Algún iluso podría pensar que, a pesar de haber modificado la ley para tener un control político absoluto del ente público, los once consejeros propuestos por el Congreso se caracterizarían por su independencia y no tendrían vinculaciones directas con los partidos políticos que les eligen. Vamos, que el criterio que primaría para su elección sería la profesionalidad e independencia, no su servilismo ideológico. No hay más que leer sus currículums para ratificar su militancia y servicio intachable a los partidos que les han propuesto.

Luego habrá gente que se moleste cuando se dude de la imparcialidad y neutralidad de los contenidos informativos de RTVE. Los partidos que han protagonizado esta maniobra quedan deslegitimados ética y moralmente para exigir a los medios de comunicación privados lo que ellos mismos no cumplen.

Es una vergüenza que en lugar de despolitizar la radio y televisión públicas se haga lo contrario. La ley debería cambiarse para reducir el número de consejeros elegidos por el Congreso y el Senado, dando mayor capacidad de elección a los propios trabajadores y a organizaciones profesionales independientes. El PP ahora pone el grito en el cielo, pero se olvida de que cuando él gobernaba podía haber propuesto modificaciones para fomentar dicha despolitización, pero claro, en ese momento no interesaba.

Es una pena, pero el caso de RTVE es otro ejemplo de cómo la política pervierte y degrada todo lo que toca.

 

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