Orgullosos de nuestra Historia

Si analizamos los acontecimientos históricos de España llegamos a conclusiones varias que demuestran aspectos que nos han conducido a la situación lamentable que padecemos y que se produce cíclicamente, de forma que es una consecuencia esencialmente de las carencias educativas notables y de un desconocimiento de las tradiciones, usos y hechos de nuestros antepasados que, de forma torticera y de parte interesada, se han contado torcidamente mediante la influencia de colaboradores internos, que es muy desagradable, con el regocijo de aquellos que nos quieren muy mal y que se regodean con todo aquello que supone un retroceso en la evolución moderna de un país que ha querido siempre el desarrollo de todo lo que ha sido materia de relación aunque hubiera sido en forma de descubrimiento o conquista.

Trataremos de realizar una labor de información, pedagógica e informativa, de aquellos acontecimientos que han sido claves en nuestra historia y de las causas que nos han conducido a la situación actual.

Con buena voluntad y curiosidad, además de amor por el lugar en que vivimos, la historia es un relato apasionante que nos lleva a comprender la evolución, muchas veces conflictiva, vergonzosa y problemática, y sobre la que no se comprenden ciertos matices sobre todo si se retuercen o se manipulan de forma interesada por parte de los que administran el poder.

Después de la Guerra Civil y una vez pasada la primera fase de reconstrucción, se tendría que haber hecho pedagogía sobre la formación profunda de los jóvenes en el campo político social y en la educación de los valores y el amor a la nación española.

No se ha conseguido, por lo tanto, la objetividad en la valoración objetiva de los hechos históricos, en los conocimientos sólidos de nuestra cultura y en fomentar una conciencia de intereses comunes como pueblo.

De ahí que existen nichos de población agitados por aquellos que desean el enfrentamiento y que se aprovechan del desconocimiento y del fomento del rencor y del odio.

Los que propugnan el enfrentamiento siempre llevan en su agenda conseguir los objetivos de insolidaridad, desunión, anarquía, fanatismo, intransigencia, descalificación y fomentar los viejos fantasmas que han traído consecuencias sangrientas para España. Son todos los que se avergüenzan de pronunciar el nombre de España y acuden al repertorio manoseado de país y pueblo.

España no puede seguir inerme ante los embates que provienen del exterior y debe ser fuerte construyendo un alma histórica que propugne los valores humanos más genuinos hispanos y sin que le de vergüenza defenderlos ante tanto descalificador interesado que se regodea de que no tengamos un objetivo común y que nuestra historia la manoseen con calumnias pseudohispanistas extranjeros que sólo han querido que España no levantara cabeza y que se enganchara al progreso lo más tarde posible mientras disfrutaban los demás del balneario, la playa y los buenos productos de la tierra.

Por alguna razón que comprendemos fácilmente España siempre ha suscitado la envidia y el resentimiento de aquellos que no han sabido convivir y sí aprovecharse de todo lo que los españoles insignes han descubierto u ofrecido al mundo, y es mucho lo que se oculta para que no sea conocido por la inmensa mayoría, especialmente por aquellos que deben ser informados y educados en ello y que después formarán parte de las elites futuras y han de llevar las riendas de la gobernación.

Por éso, poco a poco, paso a paso, de forma sucinta iremos desgranando algunos hechos que demuestran lo que denunciamos y aquello por lo que nos debemos sentir orgullosos, también de los errores que nos han llevado a los enfrentamientos cruentos y viles.

El objetivo a cumplir es fomentar interés por nuestra Historia arrinconada en los planes de estudio donde se forman las generaciones, y vilipendiada por aquellos que desean destruir la nación, dentro y fuera, con fines inconfesables. Después cada uno que amplíe sus conocimientos indagando con más profundidad hasta donde les lleve su curiosidad.

También se persigue el objetivo de que algún político de altas miras se preocupe de que no sólo se vive del sillón sino también de la cultura y el conocimiento que se debe incluir en los planes educativos duraderos y eficaces.