Está siendo esta una semana un tanto atípica en el otoño caliente que vivimos tanto en lo laboral como en lo climatológico. El martes aparecía, para sorpresa de muchos, una piscina enorme en la mitad de la Plaza Mayor que no está –por ahora– en quirófano y a la que le ha tocado sufrir, como a tantas obras, los retrasos de la lista de espera particular que tiene la construcción. Luego el Ademar apabullaba en un Palacio bastante solitario –precios y hora tuvieron un poco que ver– dando un repaso defensivo y táctico al campeón esloveno y dejando así callados a todos los que critican que la cantera del Ademar no está lo suficientemente preparada para afrontar los partidos importantes. Ya no es sólo Darío, es que Miñambres brilló en el día en que cumplía la sonrojante edad de 20 años y logró el MVP de la jornada europea, a pesar de que ha tenido que vivir desde el banquillo más encuentros de los que le habrían gustado.
Lo inusual de la semana que vivimos se transformó en vomitivo con el circo xenófobo que montó el ex vicepresidente de la Junta, que fue a hacerse la víctima a ese centro de acogida de migrantes que la organización de tradición católica Accem había abierto cerca de Astorga y por el cual nadie había protestado, no como en Villaquilambre. Qué raro que la ultraderecha que cabalga sobre el caballo de Santiago se olvide siempre de los valores humanos que promueve la religión, pues sólo les interesa los asuntos de la fe católica para hacer las cruzadas tras unas buenas vallas de contención.
Llegó después el turno de otro circo, el gastronómico que resultó ser la ‘Ruta de laMorcilla’, el concurso de pinchos –que no tapas– gracias al cual asegura el Ayuntamiento que se han vendido 7.000 propuestas novedosas del producto más típico de León. También tradicional, cabe apuntar, aunque el premio de dicha categoría se lo den a una comida tan tan tan cazurra como es la ‘crispy burger’, cocinada en un restaurante que de verdad tiene morcilla tradicional, aunque nadie la premie en la hostelería posmoderna.
Menos mal, menos mal.... Que termino esta columna con una actividad inusual –y emotiva– detectada en superficie y en pleno otoño. El redoble de unos tambores y el sonido de unas cornetas que cadan noche están sonando como si fuera marzo en el entorno del Reino de León. Si hay bandas ensayando junto al estadio, es que se acerca una procesión. Yasí será este sábado, con un epílogo el domingo, gracias a que la ciudad, sin el apoyo institucional claro de nadie, acoge este fin de semana el Encuentro Nacional de JóvenesCofrades. Un evento que traerá a más de 800 jóvenes de toda España a disfrutar de nuestra semana grande.
Para algunos, será también un circo. Para muchos otros, será un remanso de paz entre tanto ruido.