Secundino Llorente

Otra vez a Italia en primavera

09/05/2024
 Actualizado a 09/05/2024
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Estamos planificando otro viaje a Italia en primavera. En esta estación y en el otoño Italia es diferente. Llevo 45 años seguidos, con la excepción de la pandemia, paseando por Italia en primavera, antes con cien alumnos y ahora con medio centenar de jubilados. Muy diferentes, pero realmente maravillosos en ambos casos. Con los mayores, en estos últimos años, hemos «pateado y rastreado» casi todos los rincones de Italia en general y comarcas en particular: Toscana, Umbría o Sicilia. Este año la elección ha sido Emilia y Véneto. Normalmente preferíamos ir después de Pascua, en abril, para evitar los extremos de frío o calor, pero las preferencias de temporada alta para esta zona de la Emilia son en la primera quincena de junio. Los jubilados tenemos la ventaja de poder elegir siempre las fechas y el inconveniente de cuidar nuestros achaques de salud. Somos 52 los inscritos. Dicen que un viaje se vive tres veces: mientras lo planificas, cuando lo vives y al recordarlo. Estamos en la primera fase, posiblemente la más ilusionante. Después de un año de espera y a falta de tres semanas para la salida, esperemos que no haya ningún contratiempo. La ilusión en el grupo es total. Cada uno tiene su rol en el viaje y todos son importantes porque todos somos una «piña». La mayoría hemos sido profesores o consortes de profesores. La convivencia dentro del grupo ha sido la clave para el éxito. Hemos tenido la suerte de no tener problemas de salud, ni siquiera nos han robado en los viajes anteriores, con el peligro que tienen los italianos. Que siga la buena racha. 

Estamos ilusionados y deseosos de conocer la Emilia, un territorio polifacético para descubrir: Lleva la fama de ser una tierra de buen vivir, donde seducen la hospitalidad, el entretenimiento y la buena comida. Allí estaremos cinco días. Nuestro campamento base estará en Bolonia, en un hotel pegado a la Piazza Maggiore y Piazza del Nettuno, donde se palpa la vida de la ciudad. Aquí se encuentra la impresionante Basílica de San Petronio, una de las iglesias más grandes del mundo. También queremos conocer las dos Torres de Bolonia: Asinelli y Garisenda, símbolos icónicos de la ciudad. Y, por supuesto, visitaremos la universidad de Bolonia, la más antigua del mundo occidental. Un paseo por sus edificios históricos será un viaje a través del tiempo y la sabiduría. Bolonia: tiene tres apodos: la «docta» por su antigua universidad, la «grasa» por su deliciosa cocina y la «roja» por el color típico de sus tejados y fachadas.

Cada día el autobús nos llevará a una ciudad: Empezaremos por Ferrara, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, conserva muy bien su aspecto de ciudad medieval y renacentista. Su centro rodeado por las antiguas murallas medievales. Cada año celebran el Palio más antiguo de Europa. Es la cuna de Giorgio Bassani y su novela El jardín de los Finzi-Contini. Parma es una ciudad que trasmite alegría, orden y belleza. Un lugar excelente donde descubrir la verdadera esencia de la región. Rica de delicias gastronómicas, como el Jamón crudo de Parma o el Queso Parmesano. Imprescindible la visita a la Catedral, el Baptisterio octogonal, el teatro Farnese y el Parque Ducal. Módena es una pequeña ciudad famosa por su sentido de hospitalidad y generosidad, muy típica de la región. Es famoso el vinagre balsámico de Módena, un condimento obtenido del largo envejecimiento del mosto cocido de las uvas en el interior de barriles. Nunca he visitado Rávenna, Patrimonio Mundial de la Unesco. Deseo ver, especialmente, sus ocho edificios religiosos de los siglos V y VI entre los que se encuentra la Basílica de San Vitale, famosa por sus impresionantes mosaicos que representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento y retratos de emperadores bizantinos. Estamos obligados a visitar la tumba de Dante Alighieri, el padre del idioma italiano. En Padua no podemos perdernos la Basílica de San Antonio y la Capilla de los Scrovegni, una pequeña capilla de ladrillo que alberga en su interior gran cantidad de frescos de Giotto.

Los dos últimos días dejamos el autobús para subir al vaporetto que nos llevará a un hotel en el Gran Canal de Venecia. Puede ser la ciudad más bella del mundo y su encanto romántico e historia son absolutamente únicos. Inmortal y misteriosa, está formada por 118 islas unidas por más de 400 puentes separados por canales que hacen las veces de carreteras marítimas, continuamente recorridas por góndolas y barcos en un constante ir y venir. Hemos estado allí muchas veces. Podríamos simplemente pasear por las calles adoquinadas y los puentes arqueados, oyendo el chapoteo del agua contra las góndolas en los canales o recorrer la Plaza de San Marcos escuchando las orquestas o las serenatas de los músicos callejeros. ¿Por dónde empezamos? Por su majestuosidad, la Plaza de San Marcos podría ser lo primero. Dos de los edificios más espectaculares de Venecia, la Basílica de San Marcos y el Palacio Ducal, se encuentran juntos en la plaza. San Marcos, de estilo bizantino, con planta de cruz griega, y coronada por cinco enormes cúpulas. Volveremos a fijarnos en la fachada: los relieves de los pórticos, los mosaicos dorados y los cuatro caballos de bronce. En el interior, no dejes de mirar para el piso de mármol y la Pala d’Oro, plagada de esmaltes y piedras preciosas. A la izquierda de la Basílica es curioso ver cómo repican las horas o los cuartos en la Torre dell’Orologio. El resto de la plaza es una maravilla: los arcos, las tiendas, los cafés (ojo al Florian), las terrazas, las orquestas, ¡Cuántas películas!, las palomas, el mar al fondo. ¿Te choca ver tantos bancos de madera? Son para andar sobre ellos en caso de ‘acqua alta’ (marea alta). El palacio causa una profunda impresión con su ostentosa demostración de poder y riqueza. Y después, piérdete por la ciudad, hazte la foto en el puente de los suspiros, pasea por las callejuelas que van a Rialto. Abre bien los ojos porque todo es diferente y misterioso. Escucha las gaviotas y los gondoleros. Pásmate con la elaboración del vidrio. Disfruta de un paseo en góndola. Vamos a vivir dos días diferentes e inolvidables. Desde los balcones de nuestras habitaciones oiremos el ir y venir del Gran Canal y nos dará pena perder la noche durmiendo. Y todo ello en familia, 52 jubilados rejuvenecidos gozando por Italia y con apoyo mutuo entre todos. Estos son nuestros sueños. A la vuelta os contaremos lo ocurrido. Os lo prometo. 

 

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