No parece bueno ni conveniente escribir en día influenciado por los naturales efluvios de las miasmas otoñales. No parece bueno ni conveniente hacerlo en un lunes en que se prolonga un domingo sonado y bien tosido. No es bueno ni conveniente escribir un lunes, siete, de octubre aniversario de la masiva masacre terrorista llevada a cabo por Hamás en la que fue la mayor matanza de judíos desde el Holocausto. No es bueno ni conveniente hacerlo en el aniversario del día que se inició una intervención armada israelí que, se den las razones justificativas que se den, ha degenerado en un calculado genocidio contra el estado palestino y su ciudadanía. Aun los innúmeros motivos que el hombre se ha dado a lo largo de nuestra historia para iniciar una guerra, en este caso, reaparece «la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar en nombre de Dios». Sí, de nuevo ‘El factor Dios’, descrito por José Saramago en su artículo de igual título a raíz de los atentados contra las torres gemelas del World Trade Center, lleva la muerte y el caos a una parte creciente del mundo. Y así, no es de extrañar que desde hace más de un año asistamos a cómo el poder israelí se dirige a los palestinos, todos supuestos seguidores de otro dios, sustrayéndoles su condición humana y calificándolos de «animales horribles e inhumanos». Y así, asistimos impávidos, diríase que acostumbrados, a cómo cada día y aun cuando la práctica física del Talión ha sido oficialmente prohibida por las autoridades rabínicas, la aplicación real de la consigna bíblica del «ojo por ojo, diente por diente» se ve ampliamente superada. Así de inhumanos se manifiestan los incalculablemente crueles e inescrutables designios de los dioses.
No, no es bueno ni conveniente escribir en días como este en que hoy lo hago, pero lo creo necesario y el silencio, de alguna manera, me haría sentir cómplice de la muerte de tanta víctima civil habida desde el origen de este conflicto (la matanza de Hamás) a hoy en que leo se continúa vulnerando el derecho internacional y humanitario atacando a la población civil. Pero, qué van a saber de derecho internacional y humanitario los inspiradores dioses de unos y otros, qué de civilidad sus intérpretes, qué de justicia sus enviados. Qué cuando después de decir que hicieron de la bestia al hombre acaban por hacer del hombre una bestia. Y sobre uno u otro dios, el dios dinero.
¡Salud!, y buena semana hagamos y nos dejen tener.