Se viene una tarde interesante (y esperemos que espectacularrr) hoy veintitrés de febrero. Porque tenemos en León a la Selección Española de baloncesto masculino para jugarse los puntos (y los cuartos ya vendrán) contra Bélgica en la clasificación para el Eurobasket.
El combinado nacional se encontrará con un Palacio de los Deportes renovado renovadísimo, acabadas las obras hace pocos meses. Obras de reforma que no se sabe si fueron hechas a propósito para acoger a la Cultural y Deportiva de baloncesto, nuestro nuevo equipo de bandera, o fueron el regalo que se le hizo al Palacio por sus bodas de oro (se inauguró en 1970), para que estas no fuesen menos que las de plata en los noventa cuando se le practicó una ampliación. Lo han dejado de gris y negro a la moda, elegante. Pero nunca la felicidad es completa, ya que dicen que los vestuarios o los baños necesitan renovación, aunque eso es un poco como la ropa interior, que mientras esté limpia es suficiente, ¿o no?
Puede que los habitantes de la inopia como el suscriptor no conozcan las caras elongadas y por afeitar de ningún componente del equipo español porque la renovación es un proceso que no solo afecta a polideportivos, pero no se sientan por ello ustedes desvinculados, que apellidos como Yusta o Saint-Supery no pueden estar destinados más que a las hazañas.
Lo único que no es posible vender como novedoso para la jornada es el seleccionador, quien encaja más bien en la categoría de legendario. Un Scariolo por el que no pasan ni los años ni los títulos, con ese aspecto suyo de capo (de la Familia, como se hacen llamar los chavales) con el pelaso engominado para atrás, el rasurado perfecto y el chándal bien hasta arriba. Hoy, además, con extra de motivación tras perder contra Letonia el otro día.
Solo deseamos que el ambiente sea tan cálido para la selección que la lleve en volandas hasta la victoria y con ella que el Palacio quede honrado y el respetable satisfecho. ¡Vamos!