20/06/2024
 Actualizado a 20/06/2024
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Este mes de junio, los alumnos de segundo de bachillerato se han presentado a los últimos exámenes de selectividad tipo Lomce. Hoy, día 20 de junio, ya conocerán las calificaciones del último modelo de la antigua selectividad. El Ministerio de Educación lleva dos años haciendo propuestas de la futura prueba y todas ellas se han caído estrepitosamente al ser revisadas por rectores de universidad, comunidades autónomas o asociaciones de profesores. Ahora ya no podemos estirar más la cuerda, ni podemos seguir alargando hasta el 2025 la última prueba Lomce. Ahora no podemos seguir mareando la perdiz. Para el 2025 tiene que haber una prueba nueva. Y somos conscientes de que es necesario que haya una Ebau única en toda España sin diferencias en exigencia y nota. Ese es el ‘quid’ del asunto. La clave es precisamente «la prueba única». Las comunidades del Partido Popular se niegan a cualquier cambio en la selectividad que no empiece por implantar en España una Ebau «única».El examen de selectividad es el momento más importante en la vida para millones de jóvenes españoles porque «decide su futuro». Cada alumno sale de la prueba con una ‘nota de corte’ que le clasifica en un determinado puesto de la lista nacional y, consecuentemente, le ‘selecciona’ para entrar en las facultades deseadas si su nota de corte se lo permite. Debemos luchar para que no se repitan las injusticias por la dejadez de los gobiernos anteriores al no comprometerse en una selectividad única en España.

Hace sólo dos meses hemos conocido la última propuesta. El Ministerio de Educación ha enviado a las comunidades autónomas otro borrador que establece el nuevo modelo de examen de la Ebau previsto para que comience el año 2025. Este modelo tendría un único prototipo de ejercicio para cada una de las asignaturas y constaría de un 70 % de preguntas de desarrollo. Además, las faltas de ortografía y gramaticales restarán como mínimo un 10 % a la nota final de cada prueba. 90 minutos por examen y el primer ejercicio será el de Lengua Castellana y Literatura II, el segundo sobre Historia de España o Historia de la Filosofía, el tercero será de Lengua Extranjera y el cuarto sobre la materia específica obligatoria cursada en el segundo curso de Bachillerato. Se valorarán especialmente aspectos como la adecuación a lo solicitado en el enunciado, la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos, así como su presentación. De esta forma, la nueva Ebau sigue los criterios establecidos en Lomloe, requiriendo al alumnado «creatividad y capacidad de pensamiento crítico» y «reflexión y madurez en la resolución» de las diferentes pruebas. El primer examen de este modelo sería en 2025.

En estos dos meses las descalificaciones y críticas han sido muy duras: «El objetivo no es la igualdad y la justicia en el examen de selectividad». «Todo queda muy ambiguo». «Las pruebas no son homologables ni por el contenido ni por el tipo de enunciados. Tampoco por la extensión de las respuestas de los alumnos ni por los criterios de corrección del profesorado». Por si esto fuera poco, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, asegura que las 11 comunidades gobernadas por el PP tendrán una Ebau común en contenidos, criterios y fecha.

La respuesta del gobierno no se hizo esperar y ha aprobado el pasado martes, 11 de junio, el real decreto de la nueva Selectividad que empezará a aplicarse en junio de 2025. Nuestra consejera de Educación, Rocío Lucas, asegura que es «más de lo mismo» y «no es cierto que el Gobierno haya consensuado la prueba con las autonomías». «Sigue habiendo 17 comunidades autónomas. No tiene estructura de examen, no hay criterios de corrección, no hay contenidos curriculares comunes y se ha perdido una gran oportunidad de haber avanzado hacia la equidad y la igualdad de oportunidades». Creo que sólo es un pequeño parche o retoque al borrador. Ningún cambio importante.

¿Qué nos encontramos en este último apaño o remiendo? Primero, cambia el nombre: a partir de ahora ‘Prueba de Acceso a la Universidad’ (PAU), como siempre se ha llamado en Cataluña. Segundo: parece que se intenta endurecer la dificultad para salir del buenismo de la pandemia: «Se suprimen los dos modelos de examen que había hasta ahora para dejar sólo uno y ya no habrá la posibilidad de alcanzar la máxima puntuación sin haber estudiado todo el temario». Tercero (aquí está el problema) sólo establece unos mínimos en los criterios de corrección que apliquen las autonomías, lo que deja abierta la posibilidad de que haya 17 formas de corrección en función de la comunidad autónoma. Esto es lo que ‘mosquea’ a las once autonomías gobernadas por el PP que ya se han comprometido a aplicar los mismos criterios de corrección porque no quieren una PAU más dura, sino más justa y, por eso, continúan defendiendo la prueba única. 

Pobres alumnos que empezarán segundo de bachillerato en septiembre, porque tendrán que enfrentarse a un final de curso con una selectividad en la que «todo está en el aire».

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