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Pena desde la distancia

12/11/2024
 Actualizado a 12/11/2024
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Cuando esto escribo lo hago mientras escucho la querida radio transmitiendo las desgracias que una maldita Dana, acrónimo así expresado para definir a una de las mayores desgracias, que yo recuerde, ocurridas de España con unas consecuencias, en perdidas en vidas humanas, imprevisibles.

Como si de una contienda entre bandos se tratara aparece el tan manido «y tú más», referido a la imputación de culpas de unos a otros que no paran estos días de tirarse dardos sobre la pena que los afectados por las irreparables perdidas vienen soportando, como si ello, entre la población civilizada y experimentada, tuviera algún efecto positivo salvo los que piensen que sí, que ello puede ser rentable para algunos partidos políticos a la hora de ganarse el futuro voto.

No seré que yo quien me erija en juez a la hora de responsabilizar a nadie sobre la manera en que se está gestionando, o se gestionó, la catástrofe que se ha llevado consigo tantas vidas humanas, sin contar, por desgracia, las que quedan por descubrir. Como para perder el tiempo en enzarzarse echándose las culpas, entre tales y cuales, sobre lo que se debió de hacer y no se hizo que, para ello, tiempo habrá, aunque sin que nada haga volver la vida a los que la maldita riada se llevó por delante.

Al mismo tiempo y con menor importancia, porque no hay nada en este mundo que puede compensar las irreparables muertes, uno no puede por menos que intentar solidarizarse con todos los afectados, de la manera que a cada uno le sea posible.

Aquí no vale aquello de ponte en mi lugar, porque ello, es como los dolores, solo lo siente el que los sufre aunque la distancia haga que las desgracias, en este caso las sufridas por nuestros compatriotas valencianos, se vean de una manera diferente a como lo sentirías si esta inundación cargada de perdidas humanas, te afectara más de cerca.

En cualquier caso y, teniendo en cuenta que lo que se fue de este mundo ya no va a volver, no nos queda otro remedio que ayudar a quienes perdieron los bienes materiales aportando aquello que nos sea posible dentro de las posibilidades de cada uno.

Repito, lo de echarse en cara unos a otros sobre las carencias a la hora de aportar medios queda para más adelante, que para ello tiempo habrá, que con la que ha caído, de lo que se trata es de buscar soluciones para atenuar la desgracia lo más pronto posible.

No cabe duda que, a pesar de los reproches que casi cada día se vienen echando en cara, entre el pueblo llano pervive el sentimiento de ayudar al prójimo cuando se ve en dificultades sin distinguir entre ideologías políticas. Pude ver, con alegría, como muchos leoneses se dirigían a un centro de recogida de artículos de primera necesidad depositando lo que ellos podían aportar.

Y a los que le dediquen más tiempo a enfrentarse que a dar soluciones, que se apliquen el dicho de «una cosa es predicar y otra dar trigo, que, en estos casos, es de lo que se trata». A buenos entendedores…

Mis mejores deseos para todos los afectados.

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