Qué agradable es pasar por La Condesa, más concretamente por el lado del legendario templete en el que, creo que los jueves, uno se siente atraído por aquellas canciones que hacen las delicias de los mayores, sobretodo, interpretada por el conocido cantante local, ‘Cholo’. Yo le recuerdo cuando se publicitaba como ‘Cholo y Alquitrán’ y que hoy con unos años más, en compañía de la joven Penélope, sin truco ni cartón, sigue haciendo las delicias de los tantos seguidores/as que disfrutan escuchando sacar del baúl de los recuerdos aquellas melodías que, sobre todo entre los que tenemos unos cuantos años a la espalda, nos hacen rejuvenecer, aunque sea solo en el pensamiento.
Cuando tiene lugar la mencionada actuación, se planta un nutrido grupo de personas, mayores en su conjunto, para tararear, cantar en voz baja acompañando la canción mientras se baila en pareja, haciendo coreografía grupal, o solos, escuchando como Cholo, el cual, junto con una joven Penélope, alegran la vida tanto en el templete de La Condesa, como en la mayoría de los espacios destinados a las personas mayores, para los que son requeridos.
Ellos, con la sola ayuda de una pequeña base musical, interpretan melodías de ayer y de hoy para, como he comentado anteriormente, ser bailadas por la mayoría de los asistentes que allí se dan cita semanalmente para recordar tanta vida pasada y no siempre como uno, o una, hubieran deseado haber tenido.
Somos bastantes los que, al pasar por cerca del templete, nos paramos a escuchar a Cholo y Penélope el ameno repertorio con el que deleitan a los bailarines y viandantes, en la pista de baile al aire libre en los meses de verano, generalmente. Para ellos el codiciado tiempo no ha pasado y, posiblemente, se traen a la memoria muchos de los recuerdos permanentes de cuando eran jóvenes y acudían asiduamente a los sitios en que se bailaba a lo ‘agarrao’ y donde, una gran mayoría, posiblemente, se hicieron novios teniendo a la música de baile como cómplice y que, en muchos casos, finalizó felizmente en boda.
Cada época tiene sus gustos o aficiones, pero la música, en este caso me refiero a la escuchada en directo, por supuesto, mantiene unos valores difíciles de olvidar. Me acuerdo en la época en yo estudiaba solfeo en el desaparecido Conservatorio, situado en el mismo lugar que el actual incluidos la oficina principal de Correos, y que el libro que trataba la teoría musical, definía a la música como: «El arte que se expresaba combinando el sonido y el ritmo». Me imagino que, de esta manera, se siga combinando por las nuevas generaciones, para que lo vamos a obviar, aunque las nuevas generaciones prefieran la llamada de lo electrónico.
Espero que tanto Cholo como Penélope y todos los que se dedican o hacen música en cualquiera de sus manifestaciones sigan adelante en directo ya que, aunque la otra tenga más decibelios, esta llega más al alma.