Angel Suárez 2024

Pensamientos para elegir

28/09/2024
 Actualizado a 28/09/2024
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Parece que la psicología moderna, que hace tiempo que tiró a Freud por la ventana sin tener muy claro con qué sustituirlo, se ha adscrito en bloque a la teoría del pensamiento positivo y los pensamientos tóxicos, una suerte de reeducación de la mente que puede convertir al más afligido en la alegría de la huerta, por la simple vía de mirar al lado bueno de la vida, como cantaban los Monty Python.

En la sociedad posmoderna, donde nada es verdad ni es mentira, tiene fácil encaje eso de escoger los pensamientos a gusto del consumidor, arrojar a la basura los menos agradables para nuestra autoestima y quedarnos con los que más nos favorezcan. Pero los de mi generación oímos hablar de Platón y de Aristóteles, y nuestra educación había bebido aún las últimas gotas del pensamiento escolástico. Nos decían, pásmense, que el estudio y la experiencia vital debían tener como fin la búsqueda de la verdad. Y la verdad no se elige, unas veces es positiva y otras realmente amarga. La Verdad con mayúscula no, esa es siempre luminosa y esperanzadora, pero las verdades entre las que nos movemos, las que envuelven la experiencia de los sentidos o aparecen tras nuestras pobres o ricas especulaciones, son en ocasiones bastante feas. Ahora se nos propone que nos limitemos a considerarlas como simples pensamientos tóxicos, desechables, que debemos sustituir por otros más hermosos que nos hagan sentir mejor. Con el pequeño inconveniente de que quizá nos sean tan reales, pero eso es una minucia en la dictadura del relativismo. Quid est veritas?, que diría Pilato.

Indudablemente es más que posible y deseable adoptar una actitud positiva ante la vida, siempre hubo agoreros y personas vitalistas llenas de entusiasmo, será mejor pecar de lo segundo. Pero de ahí a pretender alimentar nuestra mente de gominolas de fresa cuando la vida nos venga con hieles va un mundo, incluso en la posmodernidad.

Quizá sea más útil otro camino del que también nos hablaron los que nos hicieron estudiar a Platón y a Aristóteles: el de la aceptación, el de aprender a sufrir y hasta encontrarle un sentido al sufrimiento. Quizá no sea tan chulo, pero me temo que da mejores resultados a largo plazo.

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