Por lo visto hay planes de construir una piscina olímpica cubierta en León digna sede de cualquier evento nacional, con un arreglo económico cacareado para que la sostenibilidad financiera no ponga su existencia en jaque en la mente de los paisanos. No se tiene decidida ubicación para ella todavía pero se barajan tres: una cerca de la piscina del Hispánico, otra cerca de la piscina del Olímpico y la tercera cerca de la piscina de la Palomera. Que levante la mano aquel cuyo barrio carezca de piscina… no, al revés.
Desconociendo si va a valer más que menos la entrada, que ni idea, los largos se van a pagar caros, porque habrá que nadarla para sacarle chupe, y cualquiera cree que se nada rápido una olímpica hasta que se halla dentro de una de verdad y aquello parece el Canal de la Mancha. Nadar sostenidamente no es bobada, creemos unos cuantos desde que nos enteramos que la robustez física que lucía una compañera del colegio y que para nosotros hubiéramos querido muchos se debía a su condición de nadadora de competición, recapacito ahora que me llama tanto la atención lo habitual que es en algunos colectivos femeninos británicos la natación federada.
Tener instalaciones es lo primero para promover la práctica de un deporte tan saludable como la natación y tan dependiente de aquellas para su realización, ya que en charcos y pilones si excedes tamaño renacuajo es imposible. Es verdad que hubo aficionados que durante la pandemia se arreglaron con un invento de esos para la natación estática en piscinas de plástico, pero no son muestra relevante, ya que además de membresía en club social disponían de segunda residencia o chalet a mano.
Si finalmente levantan aquella piscina de la que hablábamos, aunque solo sea para saber a qué sabe el agua de una climatizada de doce millones de euros allá que iré. Y sin rubor intentaré hacerme unos largos equipado con tapones a medida, gafas para aguas abiertas, gorro de silicona, pinza de nariz por si el cloro y con intención de rolear para no perder ímpetu. Fatiguita que me da ya, antes de que pongan la primera piedra.