Es fácil pensar en la imagen de un niño que, cerrando los ojos, cree firmemente que el poder de la invisibilidad que posee le hará pasar inadvertido ante una situación compleja. Las Juventudes Socialistas de León demostraron la semana pasada que ellos ya superaron esa creencia infantil poniendo al PSOE de León ante el espejo.
Ante una situación que después de cuarenta años sigue ahí y, que lejos de desaparecer, va in crescendo, el pasado miércoles las Juventudes Socialistas emitieron un comunicado sobre su postura ante el tema autonomista leonesa. «Nunca hemos estado ajenos a ningún debate, y esto no iba a ser la excepción, después de dialogar y debatir internamente como organización, apoyamos la creación de la Región Leonesa, formada por León Zamora y Salamanca, haciendo especial mención a la singularidad de la Comarca del Bierzo». Reunirse, debatir, analizar y profundizar es lo que, hasta la fecha, no hicieron en una de las mayores agrupaciones socialistas provinciales de todo el Estado, la leonesa.
La pasada legislatura vimos como al presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, se le nombraba presidente del PSOE de Castilla y León, y en muchos debates y tertulias se ponía el foco en su postura contraria sobre una posible moción leonesista en la institución que presidía como culpable de ese premio. Quizá el caso más notorio sea el del Ayuntamiento de Cistierna, en el que nadie entendió la postura tan cerrada en contra de dicha moción por parte del socialista Nicanor Sen, nombrado recientemente Delegado del Gobierno en Castilla y León. Mención aparte, si se me permite, fue el acto de mayor ceguera electoral que recuerdo. Luis Tudanca, candidato a presidir la Junta de Castilla y León por el PSOE indicó en una emisora leonesa a cuatro días de las pasadas elecciones autonómicas que el debate territorial estaba cerrado. Que León solo tenga cuatro procuradores socialistas en las Cortes, en una parte no menor, es gracias a esa frase.
La política institucional, a mi modo de ver, debe ser para tomar decisiones valientes en un fino equilibrio con la disciplina del partido. Las personas que llegan a altos cargos lo suelen hacer por su capacidad y liderazgo, y los cargos medios a personas que, por lo general, muestran ser obedientes, aunque siempre hay excepciones. Si uno mira al Congreso de los Diputados y ve al vallisoletano Óscar Puente, no tiene más remedio que aplaudir sus intervenciones porque, aparte de su léxico directo y acertado, es una persona que tenía muy claro su modelo de ciudad en el que, entre otras cosas, remunicipalizó el servicio de aguas consiguiendo con ello un importante ahorro para los habitantes de la ciudad del Pisuerga y una mejora en su tratamiento. Ahora falta ver, como Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, si su modelo de comunicación para esta comunidad comunidad es el mismo que tenía como alcalde.
Los asientos en la Villa y Corte están muy cotizados, por eso, ante cualquier conato de discrepancia, aunque sea por parte del secretario general leonés del sindicato que fundó Pablo Iglesias Posse, es tremendo escuchar al secretario general del PSOE leonés decir que «quien tenga inquietudes políticas lo mejor que puede hacer es presentarse a las elecciones», como si hacer política quedase reducido a eso, a ir en una lista electoral, ignorando que la política se hace a diario, en cada trabajo, en cada asociación, en cada calle y en cada casa.
Un amigo del PSOE y socialista —pertenecer a lo primero no implica necesariamente ser lo segundo—me comentaba los siguientes puntos para plantear seriamente el debate autonómico leonés. El problema es que desarrollarlos conlleva aparejado una fuerte carga de trabajo, y permítanme dudar sobre la voluntad de nuestros representantes en el Palacio de los Guzmanes para prestarse a ello.
1) Crear en la Diputación de León una comisión específica sobre ello, donde se invite, entre otros, a juristas, sociólogos, politólogos y agentes sociales y se aprueben resoluciones.
2) Solicitar informes al Consejo de Estado para saber realmente qué pasos hay que dar y cómo hay que darlos.
3) Crear un consejo de municipios y juntas vecinales.
4) Reorientar y multiplicar los fondos que hay en el área de turismo para construir este relato dentro y fuera de León.
Como no puede ser de otra manera, en este punto es obligado nombrar a la UPL. Hablar de la autonomía leonesa está muy bien, pero plantear una hoja de ruta es otra cosa. En noviembre de 2005, el Comité Ejecutivo Central de la UPL aprobó un Anteproyecto de Estatuto de Autonomía de León y de Castilla, y salvo que se me escape alguna información, desde aquel año no hubo más propuestas. La tercera pata del banco, el Partido Popular, tiene muy marcada su línea. Javier Vélez, alcalde de Almanza y diputado provincial, dejó claro desde que fue nombrado presidente de los populares leoneses —incluso antes de serlo— su sensibilidad y comprensión con una posible autonomía leonesa. En los mentideros leoneses, que no son pocos, se habló de que esta postura, entre otras cosas, le costó el cargo. En cuanto a una más que discutible cuarta pata, el espacio a la izquierda del PSOE, tienen claro que, y esto dicho por personas a las que se le ofreció formar parte de Sumar, «el tema del leonés, de los molinos y paneles solares y la autonomía leonesa es mejor no tocarlo. Son directrices de Madrid». Con estos mimbres, era fácil pronosticar su batacazo electoral en León.
Como interpretación final de lo dicho anteriormente, y compartido por más de un cargo de la UPL, si algún día el PSOE de León se da cuenta y de una vez por todas escucha a sus bases y el sentir general de León, se llevarían más de la mitad de los votos de la UPL. Mientras tanto, siguen entretenidos en el juego de la silla, aplaudiendo el nombramiento de cargos allende nuestra circunscripción, intentando entrometerse en agrupaciones locales y eligiendo a dedo a nuestros representantes. Parafraseando al Premio Nobel de Literatura Josè Saramago, son ciegos que pueden ver, pero que no miran. Las Juventudes Socialistas de León demostraron que ven y miran, ahora solo falta que lo hagan otros.