Imagen Juan María García Campal

Polivalentes tocomochos

03/04/2024
 Actualizado a 03/04/2024
Guardar

Pues ya está. Ya resucitó. Pasada una más de las tres pascuas que, por religiosa y cristiana tradición, enrojecen el calendario por los lares de acá, de allá o de acullá, ya está resurrecta la civil habitualidad bien en su modalidad currelante, bien en su modo demandante de currelo, bien, como es el caso de este ‘aprendiz de escribidor’, en clase jubilosa o asimilada al sábado permanente.

Ahora, se sabe, toca pasar a los hechos de los discípulos –nunca aprende uno del todo– del vivir que somos, y enfrentarnos de nuevo a cada particular día a día, eso sí, a orejeras, de escucha y visión, puestas. Si ficción hay que supere en verdad a la realidad es esa que a tantos convence de que los demás –verbi gratia: agnósticos y laicistas– no existen.

Quién nos iba a decir que este año, en que hoy, 3 de abril, se cumplen cuarenta y cinco años de aquellas esperanzadoras primeras democráticas elecciones municipales en este país tan suyo, algún alcalde que se dice socialista nos iba a regalar, en una guía de procesiones católicas, homiléticas palabras más propias de un predicador, papón o no, que del titular de una institución no confesional o laica, electo por la sociedad civil. Así como que los responsables de otra institución provincial de igual carácter en una gran pancarta, impermeable como su no pero sí, con una cruz al fondo que no se sabía si era cruz cristiana o mero azar de sus juegos a los palitos chinos o mikado, esconden y a la par publican, bajo el uso del significado asturleonés del verbo ‘prestar’, que sí, que a ellos también les gusta y agrada la cosa católica procesional. Casi estoy por recomendarles a tan tibios o templados representantes, de todos y según convenga, la lectura (nadie se escandalice) del libro ‘Camino’ de san José María Escrivá de Balaguer, para que recuerden que ni son ni deben pretenderlo –pásenlo a billete y euros– «una moneda de cinco duros que a todos gusta».

Qué daño les ha hecho a algunos el polivalente BUP. Cómo acomodan a sus intereses sus ideas, sus palabras y, sin duda, sus actos. ¿Do, coincidan conmigo o no, los paisanos de una pieza y no estos polivalentes ora para un roto, ora para un descosido? ¿Cómo conocer su esencia política si, de tan mezclada con sus, digamos, publicata religiosidad, cada día más parecen burdos imitadores de ayatolás? Revoltijos tan parecidos a la bazofia que, como los tibios, son vomitivos. 

¡Ah tiempos!, en que, por mantenerse, el hacer de tanto político cada día parece más el timo del tocomocho.

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.

Lo más leído