Por fin sin símbolos

No ha sido un sueño, me pellizco por si acaso, observo durante varias veces el vídeo del acto de toma de posesión de Pedro Sánchez como presidente de la España plurinacional, sin Biblia ni Crucifijo promete su cargo al amparo de la Constitución. De repente me viene a la memoria la canción ‘Días de Escuela’ de Asfalto «… formados frente a una cruz y a ciertos retratos…», emocionado, lleno de ilusión y esperanza contemplo como si de repente hubiésemos dejado atrás el blanco y negro, para que en esta primavera se formen los colores del Arco Iris de la diversidad, caminando todas y todos hacia una país moderno y laico.

Vuelvo la mirada a la comunidad y me inquieta de manera alarmante, sobre todo en la Consejería de Educación de la Junta, que camina en dirección opuesta, vigilando los centros educativos públicos, obligándoles a presentar preventivamente ante la Dirección Provincial cualquier intento de salir en los medios de comunicación, ejerciendo un control sobre los mismos, para que no puedan transmitir a la opinión pública los aspectos que consideren más oportunos, de esta manera se vulnera la libertad de expresión, utilizando políticas de inspección en la educación pública. Qué pena, en vez de educar se adiestra firmando convenios con fundaciones privadas que lo único que pretenden es enseñar modelos económicos, para que las niñas y los niños aprendan a ahorrar e invertir de cara al futuro y así especular desde el individualismo para convertirlos en piezas claves del montaje de la política neoliberal y con un poco de suerte a crear sustanciosas Sicav y planes de pensiones privados. Olvidando, que la educación implica la transmisión de conocimientos, valores humanos y experiencias para gestionar en un futuro la vida como ser humano, mientras adiestran con la única finalidad de dar una respuesta inmediata a los estímulos adecuados, dejando de lado la auto-gestión de la vida propia. Este es el camino que la Consejería ha elegido, para que la educación pública se deteriore y la privada mantenga su posición de privilegio.