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Una portadora de luz: Mari Paz Martínez

22/01/2025
 Actualizado a 22/01/2025
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Este pasado 11 de enero, fallecía la poeta y activista maragata, nacida en Andiñuela, Mari Paz Martínez. Nos llegaba la noticia por guasap, por medio de nuestra amiga Cristina. Y lo hacía en plena madurez, con tan solo 48 años, tras una larga lucha, que mantuvo siempre con un ánimo muy alto, contra la enfermedad.

Se cumplía así, una vez más, ese ‘dictum’ de que los dioses se llevan consigo a los mejores, arrebatándonoslos a los seres humanos. Algo perfectamente aplicable a Mari Paz Martínez.

La mañana del domingo 12 de enero, gentes amigas, junto con paisanos y familiares, le tributamos un íntimo homenaje, en el propio tanatorio, aún de cuerpo presente nuestra amiga. Antes de que en ese mismo mediodía hubieran de partir sus restos para ser incinerados.

Varias fueron las voces que se alzaron en homenaje a Mari Paz Martínez, todas pronunciadas desde el afecto, el aprecio y la valoración de la vida y labor de esta mujer maragata. Quisimos sumar también la nuestra.

Siempre, en todas nuestras visitas e intervenciones, tanto en Astorga como en otras localidades maragatas, estaba presente Mari Paz. Era entusiasta y generosa. Cordial siempre. Tenía hacia su tierra un alto sentido de la responsabilidad, que la impulsaba a coordinar y a participar en cuantas iniciativas culturales se pudieran plantear en los diversos pueblos.

Y, así, nos la encontrábamos en la propia Astorga, en el Val de San Lorenzo, en Santa Catalina de Somoza, en Tabladillo… Con su práctica, con su entusiasmo, con su colaboración, con su poesía y con sus artículos en ‘astorgaredaccion’, trataba de que la atonía en la que está nuestro mundo rural, el mundo de nuestras comarcas, también, ay, el de la mítica Maragatería, no se fuera apoderando de todo y de todos.

Su presencia estaba marcada siempre por la entrega, la cordialidad, la alegría, sobreponiéndose a todo. De ahí que la percibiéramos, en todas las ocasiones en que la tratamos y coincidimos con ella, como una portadora de luz.

El pasado mayo, me pidió algo que, viniendo de ella, como hacía siempre, lo atendí. Se había implicado en el I Certamen de Poesía Ars Magna ‘Ciudad de Astorga’, organizado por el ayuntamiento. Y quería que yo lo presentara. Y a Astorga nos fuimos, donde, en la plaza, al aire libre, en un sábado soleado y plácido de finales de mayo, junto a la catedral y al palacio de Gaudí, desarrollamos un acto para distinguir creaciones de poetas llegados y llegadas de aquí y de allá, que leyeron sus creaciones, como Mari Paz como ‘diosa tutelar’ de aquel acontecimiento, como lo había sido, sin duda, de otros muchos, impulsada por esa fidelidad generosa a su tierra y a sus gentes que siempre la impulsara.

Y, ahora, esos dioses avaros, ese destino misterioso y ciego, se la ha llevado en plena madurez, nos la ha arrancado a todos, ay.

Séale leve la tierra. Y quede su memoria en el corazón de quienes la conocieron y la quisieron, de quienes la conocimos y valoramos de modo tan alto su existir y su quehacer.

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