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Pueblos sin bares (Homenaje a Picos Blancos)

28/09/2024
 Actualizado a 28/09/2024
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En Babia, 

hubo un mesonero 

que vendía alpargatas para un solo pie

y colmados de mosto y jabón de sosa.

No había forma de irse de allí.

Los bebedores remolones y chaparros,

las madreñas perezosas,

un hedonismo de frascas y estampas de almanaque.

De niño,

pasaba las horas en la cantina de mi abuelo.

El odre era una pieza sensual

y en un cartel con chinchetas

explicaban la historia del tren.

No había forma de irse de allí:

del brillo de los escabeches,

del aire cautivo,

de su penumbra sagrada y olorosa.

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