Pelea, trifulca, rifirrafe, batalla campal, he aquí los enunciados aparecidos en la prensa española relativos al enfrentamiento semana atrás por políticos italianos en la Cámara de Diputados. En una sesión en la que se debatía la Ley Autonómica Diferencial para las Regiones, el diputado del Movimiento 5 Estrellas Leonardo Donno intentó entregar una bandera italiana al ministro de Asuntos Regionales y Autonómicos tras controvertida propuesta gubernamental que, según sus oponentes, empobrecería aún más el sur del país.
En seguida fue asaltado y golpeado por varios diputados capitaneados por Roberto Calderoli, aguerrido legislador de La Liga, teniendo Donno que abandonar herido la Cámara en una silla de ruedas. Si a hostia limpia se las gastan los parlamentarios italianos en sus desavenencias internas, cosa muy distinta ha sido el comportamiento de Italia en el reciente campeonato europeo de atletismo, que ha tenido lugar días atrás en Roma. La delegación ‘azzurra’ ha conseguido en esta competición nada menos que un récord de 24 medallas entre hombres y mujeres (11 de oro, 9 de plata y 4 de bronce), muy por encima del conseguido por las demás naciones participantes, máxime si el resultado lo comparamos con el de España, que tan solo obtuvo 8 medallas (dos de oro en triple salto masculino y femenino). Tal éxito refleja el extraordinario momento que atraviesa Italia en correr, saltar y lanzar, augurando grandes triunfos en los inmediatos Juegos Olímpicos de París.
Dentro del ámbito deportivo no solo en pistas de tierra consigue Italia sobresalientes logros. También en el agua sus nadadores y nadadoras alcanzan grandes resultados tanto a nivel europeo como mundial. El año pasado, en Manchester, los participantes italianos llegaron a obtener una campaña dorada de 5 medallas, estableciendo un nuevo récord mundial. Siendo el italiano paralímpico Simone Barlaam ganador de todas sus pruebas para convertirse en el nadador más laureado con 6 oros en seis carreras.
Si nos vamos a las pistas de tenis, el italiano Jannick Sinner, de 22 años, se ha convertido recientemente en el número uno del mundo por primera vez en su carrera profesional, compitiendo en el reciente torneo parisino de Roland Garros. Y eso, pese a haber perdido en semifinales tras cinco disputados sets ante el murciano Carlos Alcaraz, vencedor del mismo. También Italia ha destacado deportivamente en otros deportes como: ciclismo, voleibol, remo, waterpolo, esgrima, motociclismo, automovilismo, gimnasia rítmica, piragüismo, baloncesto, hockey sobre patines, rugby, boxeo o golf, consiguiendo títulos mundiales; y gran papel en juegos paralímpicos. En fútbol los italianos gozan de cuatro campeonatos del mundo (1934, 1938, 1982 y 2006) y dos europeos (1968 y 2021). El único deporte en que Italia no está en el medallero ni tampoco se le espera es en balonmano. ¿Cuál es el motivo? Yo lo ignoro.
Si dejamos a un lado piernas y brazos y nos situamos en el gaznate, también Italia ha triunfado últimamente en el concurso de los Grandes Vinos Rosados del Mundo. En el certamen que impulsa Wine Pleasures International B2B Workshop 2024, los vinos italianos se han llevado el primer puesto (96 puntos) en el Nudo 2023, de Siddura (Cannonau di Sardegna DOC Rosato).
¿No serán los vinos, acompañando la pizza, el risotto (arroz) o el tiramisú («levántame el ánimo»), ingredientes de peculiar pitanza, los que dan a los italos esa energía victoriosa a la hora de competir? Es una hipótesis.