22/12/2021
 Actualizado a 22/12/2021
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Una lavadora vieja centrifugando. El volcán de La Palma segundos antes de empezar a escupir lava. Una Vespino a punto de griparse. La cafetera italiana silbando atestada de café. La ordeñadora a pleno rendimiento. La última milésima de segundo de una cuenta atrás en Cabo Cañaveral. El plato atestado de cáscaras de langostinos, sinque ya no entre ni el bigote de uno más, en una boda de hace 20 años. La llama del mechero acercándose a la mecha del primer cohete que se tira cuando llegan las fiestas del pueblo. El Twitter de Mañueco a las nueve y un minuto del pasado lunes 20 de diciembre. ¡Pum!

Todo lo engulle el anuncio del adelanto electoral en Castilla y León y en mitad de la vorágine, un mensaje de mi madre: «¡Vaya telares!». A Igea esto le pilló de sorpresa en una entrevista en la radio y a ella, preparando el puchero grande para el día de Navidad, que este año nos vamos a dejar de gansadas para entregarnos al placer de lo sencillo. «Plato único: cocido», soltó la jefa. Y empezó a con la perorata: sopa, berza, garbanzos, oreja y morro, chorizo, gallina, espinazo, lacón y que no falte el relleno. Vamos con todo. Menos mal que esa tarde también nos vamos a poder entregar al placer de la siesta para que el colesterol dormite y las grasas se hagan hueco. Empezamos fuertes. El ritual comenzará bien temprano poniendo lumbre y, una vez lista, los pucheros al fuego para que vayan arrancando a reírse. Tendrán toda la mañana por delante para cobijar unos sacramentos de los que daremos fe a la vuelta del vino.

A falta de cuñados en la mesa, me encantaría que Francisco Igea Arisqueta, ¡ay, Fran!, mi Paco, viniese a probar el cocido de mi madre. Ha estado 888 días de Gobierno muy presente en nuestra mesa, sobre todo en sus comparecencias durante el confinamiento. También invitaría a la Vero. Seguro que sacábamos más conclusiones que la Mesa por León. Haríamos porras sobre el resultado del 13 de febrero, hablaríamos de la España vaciada, del Plan Aliste, de traiciones, de que con suerte Luis Mariano el de la UPL dejará de viajar solo a Valladolid… Y mi madre le diría a Paco: «No has comido nada» mientras él está como el lunes, a punto de explotar. ¡Qué cojones, Igea! ¡Pum!
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