Jorge Brugos

¿Qué administración tiene la culpa de lo que no funciona?

27/05/2024
 Actualizado a 27/05/2024
Guardar

Las administraciones públicas han encontrado en el barroco sistema estatal su retablo de salvación en el que clamar por sus plegarias. Aprovechándose del guirigay, de una yincana burocrática con reglas sacadas del escape room más enrevesado, escurren el bulto pasando la patata caliente al siguiente para que sea el otro el que tenga que responder a la pregunta cuando sea demasiado tarde. El tiempo hace que el problema explote y el chivo expiatorio pague los platos rotos. Han construido una estructura tan mastodóntica que es imposible seguir el hilo del entramado (es como si todo estuviese maquinado por la mente hiperactiva del cineasta Christopher Nolan). El caos termina desorientando el juicio sin que nadie esté libre de caer en la trampa de atribuir a alguien unas competencias que no tiene. La saturación institucional genera que incluso las entidades funcionales sean percibidas como inútiles; no sé si se acuerdan de la bandera que enarboló Ciudadanos cuando quiso suprimir las Diputaciones provinciales, después esos mismos terminaron pasando por el aro para usarlas en su propio beneficio y ante la evidencia de que tenían un sentido en sí mismo. 

La Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento se pasan el problema de la situación de los colegios uno a otro, reprochándose mutuamente su ineptitud y retando a la ciudadanía con una sopa de letras administrativa. Siempre que hay un problema, la institución de turno envía un recurso de alzada dialéctico a la entidad superior; creo que las Comunidades Autónomas se inventaron para que el Gobierno central nunca tenga la culpa de nada y los ayuntamientos se instauraron para que el gobierno regional en cuestión se lave las manos; a los tontos útiles de los ayuntamientos no les queda otra que comerse el marrón, siempre les quedará echar la culpa a alguna pedanía o a la Unión Europea y a los fondos next generation. El juego político se parece a cuando el Barcelona de Xavi pierde y le echa la culpa al mal estado del césped, el caso es no asumir responsabilidades. De momento el único que ha pedido perdón aquí ha sido el Rey Juan Carlos cuando se fue a cazar elefantes a Botsuana.

Lo más leído