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Querido Quequé:

23/03/2025
 Actualizado a 23/03/2025
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Querido Héctor de Miguel que ya no te haces llamar Quequé: Con mucha ilusión recibimos la noticia de que tu espectáculo ‘Hora treintaypico’ iba a venir a León. En la redacción pronto empezaron a surgir voluntarios para entrevistarte, porque había, ya no, varios admiradores de tu... ¿se le puede llamar carrera? Digamos trayectoria. Una trepada en toda regla. Supongo que todo es según con quién te compares, como siempre, como en todas partes, y que ahora te alegras mucho del éxito de Broncano pero en el fondo piensas que podrías haber sido él, de quien habla todo el mundo, cobra más que un futbolista y con cada ocurrencia agita las parrillas de todos los canales, mientras tú, por lo que sea, actúas en el Nuevo Recreo Industrial.

Preparando la entrevista que tuviste a bien concedernos (¡muchas gracias!), recordábamos en la redacción algunas de tus reflexiones más lúcidas.  La mía era: «Yo que soy de izquierdas y rico puedo parecer un hipócrita, pero vosotros que sois de derechas y pobres no cabe duda de que sois gilipollas». Cuando molabas.También algunos estábamos muy de acuerdo con la campaña que, junto a tus colegas de La Vida Moderna, emprendistéis para intentar desprejuiciar el término subnormal, para que sea un insulto más, hasta cariñoso, un insulto que no haga referencia a nadie que tenga síndrome de Down o padezca algún tipo de enfermedad concreta. En aquel momento, si lo hubieras pedido, yo mismo hubiera escotado para los 40.000 euros que tuviste que pagar a Alfonso Rojo por llamarle, precisamente, subnormal. 

En nuestra entrevista, mi compañera, que hasta ese momento te admiraba con veneración, te planteaba una serie de preguntas que respondiste con relativa lucidez, porque en una entrevista quedas más expuesto y resulta evidente que has perdido reflejos mentales y ahora te tienes que apoyar más en los guionistas. Tiene que ser agotador, la verdad, pasarte el día haciéndote el gracioso, para ti y para los que te rodean. Supongo que la entrevista sirvió para que muchos leoneses se enterasen de que llegabas aquí con tu espectáculo y vendieras más entradas (a 24 euros), algo de lo que me alegro porque seguro que se lo pasaron bien. Además, hay que reconocer tu valentía para venir aquí a hacer chistes de «fachas con chaquetas acolchadas» (gracia que por cierto le copiaste a Pantomima Full), teniendo en cuenta que la mitad de la población viste así y había varios de ellos entre el público y que no se reían con tus ocurrencias enlatadas. 

El caso es que tenías que llenar tiempo y decidiste criticar a mi compañera, la que te había hecho la entrevista, que sabías que estaba allí: «¿Hay alguien de La Nueva Crónica en la sala? Que sepáis que el titular que me pusisteis es puro clickbait», dijiste para despertar un coro de risas entre un público que ya estaba entregado antes de empezar. Y seguiste ahí, dándole vueltas de tuerca, facturando. Mi compañera es una joven periodista a la que le encanta su trabajo, que escribe como los ángeles y pone pasión en cada artículo. Le sobra actitud, que es lo que más falta hoy en el periodismo y en todo lo demás. Es, además, valiente. Podía haber pasado la vergüenza en la oscuridad de las butacas, pero se sintió tan abochornada por tus comentarios que, aunque nadie se fijara, en ese instante se levantó y se piró. Aún anda cabizbaja por tu culpa.

En tu entrevista, que obviamente tenemos grabada, dices exactamente lo que puso en el titular mi compañera, que es lo mismo que hubiera titulado yo: «Sin ser yo abiertamente leonesista, aunque solo fuera por probar...». La pregunta tenía toda la lógica aquí, y más siendo a un personaje público que varias veces, sin que le pregunte nadie, se ha manifestado sobre el tema. Y la frase es textual. ¿Dónde está el clickbait, Quequé que ahora te haces llamar Héctor de Miguel porque, si no, al buscarte en internet salen pasteles en lugar de tu careto? ¿No serás tú el obsesionado con las visitas? ¿Acaso nos has confundido con los Abogados Cristianos o los jueces rancios que quieren ganar protagonismo a tu costa y, al final, lo que consiguen es encumbrarte un poco más? ¿Hay algo entre las obviedades que respondiste que te parezca más significativo como para llevarlo al titular? Por cierto, a ti que tantas lecciones de periodismo impartes te diré que hace poco vi la entrevista que le hiciste a Zapatero y, la verdad, más que una entrevista parecía toda una felación. 

Mi compañera no quería responderte. Dice, con su habitual buen criterio, que la verdad siempre la va a tener el que tenga la voz más alta, que por mucha razón que tengamos vas a lanzar contra nosotros a tu multitudinario coro de palmeros, que te reirían hasta los eruptos, y que será peor. Teniendo en cuenta que tú tienes 450.000 seguidores en Twitter y yo apenas supero los mil, es fácil intuir lo que va a pasar después de publicar este artículo, pero no quiero dejar de aclararte algunas cuestiones: has de saber que en provincias, como decís los provicianos que ahora vais por la vida de madrileños, tratamos de ejercer el periodismo con dignidad; que tienes que respetar a quien te entrevista si quieres que te respeten a ti; que lo de las trincheras políticas os lo dejamos para las estrellitas mediáticas; y que, aprovechándome de los avances en los límites del humor que has conseguido a base de litigios, te diría que eres un perfecto subnormal, pero la verdad es que prefiero ahorrármelo porque ya no quiero parecerme a ti en nada, Quequé que ahora te haces llamar Héctor de Miguel. 

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