Imagen Juan María García Campal

Razón tenía el señor conde

26/03/2025
 Actualizado a 26/03/2025
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Hace sólo cinco días, el pasado día veintiuno, se celebró en el mundo el Día Internacional de la Poesía. Un año más, y van veintiséis, desde que se proclamara como tal el 16 de noviembre de 1999, dentro de la décimo tercera Conferencia General de la Unesco, cuya presidencia acababa de abandonar, el día 12, el humanista español Federico Mayor Zaragoza. Y a él se debe el llamamiento en favor de la promoción de la educación artística y la creatividad en la escuela en el marco de la construcción de una cultura de paz que comenzó citando la verdad del célebre violinista y director Lord Yehudi Menuhin: «Hay una falta de mediación y de creatividad en todas partes, especialmente en las escuelas. Hay ausencia de las artes en nuestras vidas y estamos abriendo camino a la violencia». Es obvio que las verdades del arte y el humanismo no son escuchadas, ya no sólo por parte de los dirigentes del mundo que toman decisiones que afectan a miles de personas, sino incluso por muchas de estas últimas más inclinadas a emular, aun sea mínimamente, al indigno preboste que al valor de procurar ser tan sólo, y casi nada, personas de bien. 

Hace sólo cinco días, sí, también el pasado día veintiuno, el truhan Trump ha firmado la orden para desmantelar el Departamento de Educación tal y cómo había anunciado en su campaña: «Mi administración tomará todas las medidas legales para cerrar el departamento. Lo vamos a cerrar y lo cerraremos lo más rápido posible». Y, cómo no, también se reducirán los dineros destinados a facilitar los estudios de los alumnos discapacitados o económicamente desfavorecidos. ¡Lo que faltaba, fomentar pobres cultos! ¡Hasta ahí podríamos llegar! Así son las derechas. ¿No recuerdan la supresión por el PP de la asignatura de Educación para la ciudadanía porque era adoctrinadora? ¿Se oyó pío cuando, por ejemplo, años después nuestro compatible y polivalente alcalde, es decir, nuestro ayuntamiento, aflojó ochomil euros por la escultura en honor a la familia papona de la Semana Santa con ‘paponín’ o ‘paponete’ incluido? ¡Ah!, que esto, no es adoctrinamiento, sino santa evangelización. ¡Ay, señor, señor!

Y así, nada poéticamente, van involucionando algunas personas hacia seres de fe y amenes, carentes del mínimo espíritu crítico, mas, eso sí, con pocas ideas, confusas y gritadas. Ya en su día nos recordó Savater lo que el aciago conde de Gobinau decía: «no sé si el hombre viene del mono, pero sí que algunos retroceden hacia él a gran velocidad». ¡Pues eso!

¡Salud, versos y párrafos!, y buena semana hagamos.

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