En España ya estamos acostumbrados a soportar las cargas, impedimentos e incompetencias que la Administración nos inflige. Aunque, para ser más exactos, deberíamos de hablar de las administraciones, que son los tentáculos con los que el Estado nos asfixia.
La más cercana es, el Ayuntamiento (No carnal). Más bien de papeleo, tasas, impedimentos y desmotivación. Cierto que a éstos los hemos votado, pero no a todos sino al paquete propuesto. Por eso, entre algunas personas válidas, se cuelan otros, como la bola de sebo que el carnicero nos cuela.
En cuanto a la Diputación, ellos mismos se lo montan y se aúpan. Entre las pegas de esos políticos, está en el barrer para su pueblo, aunque no falten sitios más necesitados. Por haber de todo, no han faltado emociones ni episodios de férreo autoritarismo y corrupción. A la diputación le ha crecido otro tentáculo, con el Consejo de El Bierzo. Pero me parece que El Bierzo quiere ir más lejos.
Como toda la provincia que sufre marginación en esta Comunidad ficticia, se apercibe, como se deshacen las ilusiones. Proyectos como el de Torneros, que tantos años llevaba pendiente, se cortan de un plumazo. Y a saber adónde irá si no está muerto por completo.
Otros como el aeropuerto, se hallan a medio camino entre Avilés, Villanubla, por la escasez de vuelos, la indefinición y los horarios kafkianos. No vas donde ni cuando quieras, sino cuando te dejan.
En cuanto a la ronda, calles como Castaño o Ladreda, deberían seguir llamándose Avenida de Madrid o Carretera circunvalación, por el tráfico que soportan. Pero si decides ir por tren, hazte cuenta de que, en lugar de Estación lo que hay es un ‘cul de sac’. Y mientras esté el Oscar de ministro, nada que hacer. Habría que declararlo ‘persona non grata’ en León por sus actos, descalificaciones y por guapo.
Un punto hiriente, es viajar a Bilbao y ver la preciosa y cuidada Estación de Feve, en el centro de la ciudad, mientras aquí disponemos de un mal apeadero, donde la ciudad pierde su nombre. La sensación que nos transmiten las administraciones confabuladas, es que pronto asistiremos a su desmantelamiento. Una especialidad destructiva, en la que contamos con experiencia. Lo vimos en las Térmicas de la provincia, en el conservatorio, palacios de Congresos y alimentos, Teatros y Patrimonio. Pero como dice el alcalde, «Ya estamos acostumbrados». Toda una razón de peso.
Así las cosas, no va a bastar con el ‘lexit’, que hasta los drones reivindican, por San Froilán. Habrá que reinventar la provincia y efectuar una desparasitación.