No concibo el aprendizaje sin recurrir a la memoria que protegen nuestras carnes descuidadas y que con los años serán recuerdo, cumpliendo entonces una función semejante a la de esa bolsa que cobija otras bolsas: recuerdos dentro de un recuerdo. Tengo decenas de libretas que los contienen, como asegurando la dicha en un futuro incierto que planea sobre la órbita del olvido en una capa más de la deteriorada atmósfera.
Los escritores me hablan de ella; de la memoria. Se sumen en la nostalgia para decirme que lo es todo. No sé si se olvidan de que, muchas veces, queda relegada ante el poder de su peor enemigo: el tiempo. Tampoco sé si podremos soportarlo o si nos veremos arrastrados por su corriente incesante como la que hace unos días se llevaba con ella vehículos y cadáveres.
Mi padre me dijo una vez que «España es un país de mierda con personas increíbles» y lo hemos visto estas semanas. Me pregunto si no se nos olvidará cuando lo dejemos de ver o si permitiremos que nos embriague esa actualidad que no necesita nunca de descanso. Me pregunto si seremos fieles a esa idea melódica de que el pueblo salva al pueblo en las próximas elecciones.
Algo tiene la tragedia que nos une tanto. Algo tiene para reunirnos a todos como en filandón; para enlutarnos y vestirnos de un negro que deja relucir los ojos lacrimógenos. Algo tiene la catástrofe para hacer de tantos pueblos uno sólo. A su margen, como al de un río, caminamos todos tan distintos, todos tan deprisa. Siempre hacia el mismo destino y sin prestarle apenas atención.
En la tragedia surcamos esos cauces de la mano y empujamos una barca que se hundiría si no fuera por los brazos vigorosos de la conseguida hermandad. Y quizá sea la esperanza ciega la que provoque nuestros rostros decepcionados ante la impasividad de unos cuantos que hablan por el pueblo pero nunca fueron de él. O sí, pero se les ha olvidado.
Ojalá el tiempo no gane a la memoria. Ojalá sigamos enlazados, como enhebrados, hasta la próxima gota fría. Ojalá sigamos siendo fieles –los unos a los otros– después de las siguientes elecciones.