Muchas veces el problema de no ser alabancioso es que no sabes lo listo que eres. O lo guapo. Lo dice Farraperas cuando ve a los veraneantes en pantalón corto con las varices al aire. «Si supieran lo guapísimos que están o se ponen a mear y no echan gota o mean colonia, pero no cualquiera, Barón Dandy», que es en la que nos quedamos los que compramos la colonia en la tienda y no en la perfumería, que hay más marcas que cruces de perros en el corral de Metrín.
Fue lo que le pasó a Angelillo cuando le llevaron a cenar a Boñar un día de diario, el poeta Llamas, el poeta Fierro y esas gentes de la semana cultural. Estuvo allí toda la noche escuchando las historias truculentas que cuentan las gentes del verso y cuando ya a los postres pasó por allí uno que conocía de cuando iba a la Feria del Pilar a comprar un burro de la famosa dinastía de Los Jamaros —parece que al que le compró Jamaro IV El Caliente, por razones obvias—y le preguntó que qué hacía allí con aquella gente, que ninguno llevaba boina, el fundador de los Filósofos de lo Rural Sin Obra Publicada no dudó ni un instante en explicarle: «Aquí estamos las gentes de la Cultura y toda esa puta ralea dándole una vuelta al mundo».
El paisano marchó sin gutir y, seguramente, pensando que le había vendido el burro a un intelectual, pero que no había reparado en ello.
Lo mismo que les pasaba a Jaimito y Willy cuando coincidían en el bar de Sidoro, uno en cada esquina, y hacían la berrea, escarbando el suelo y todo, hasta tocharse con estruendo en el medio del bar, mientras las veraneantas marchaban asustadas por no saber en qué daría aquel espectáculo de berridos y cabezazos. Si llegan a saber que aquello era una performance jamás nunca, nadie, hubiera dicho que eran unos animalicos, como se decía por todas las casas en la cena de por la noche.
Es lo que tiene no saber lo listo que eres. Y ya no te cuento lo guapo. En vez de mirarte al biés dirían que «los rapaces de Milia y Mael repugnan de guapos y de listos».
Como diría Angelillo, «es lo que tenemos las gentes de la Cultura y toda esa puta ralea».