Abriendo el libro del insulto, tan procaz, extendido y aberrante en el actual mundillo político español, voy a centrarme en el vocablo «rufián». Siendo vocablo común en las principales lenguas romances o neolatinas, es incierto el origen etimológico del término «rufián». En general, se acepta que su uso más antiguo es el de «ruffiano» (chulo de putas), palabra usada en Italia y Sur de Francia (siglo XIII), quizá nacida en el primero de estos países. Si bien también existe la hipótesis de ser palabra originaria del germánico «rauh» (duro, áspero, tosco), como voz onomatopéyica del sonido que hacía un hombre al gruñir. Aunque la mayor probabilidad es que derive del latín «rufus» ‘pelirrojo’. Este vocablo latino hacía referencia al cabello rubio o pelirrojo, sea por la prevención vulgar que existe contra la gente de ese color.
Lo que hoy entendemos por «rufián» estaría vinculado, pues, a la costumbre de las meretrices romanas por su tendencia a teñirse el pelo y a utilizar pelucas rubias. Un rufián es, pues, aquel dedicado a la protección o al tráfico de mujeres que ejercen la prostitución. Un rufián, en este sentido, sería un proxeneta.
Por extensión, en la actualidad la noción suele utilizarse para nombrar a un hombre dedicado al delito o carente de ética. Por ejemplo: «No puedo entender cómo la gente votó a semejante rufián». «No te juntes con Ernesto, es un rufián». «Cuando el rufián ingresó a la casa, el joven se paralizó». Por lo general, se nombra como rufián al sujeto que se dedica a estafar, engañar o robar. En consecuencia, el rufián está considerado como alguien ruin e infame, que carece de honor. Por eso acusar a alguien de rufián es una ofensa o una agresión. El término rufián aparece en el título de diferentes obras artísticas. ‘El rufián en la escalera’ es una obra teatral cuyo título original es ‘The ruffian on the stair’. Fue escrita por Joe Orton y estrenada en 1964. Gira en torno a la figura de un matrimonio muy peculiar, compuesto por una antigua prostituta y un matón a sueldo.
‘El rufián’, por su parte, es un film argentino que dirigió Daniel Tinayre. Esta película que llegó a las salas en 1961, se inspiró en sucesos reales acontecidos en suelo francés durante los años 50. Carlos Estrada, Egle Martin o Oscar Rovito fueron los actores que encabezaron el elenco de este largometraje que cuenta cómo un hombre descubre que su esposa le pone los cuernos con el chófer. Por eso, no duda en asesinarle, lo que le lleva a ser detenido y encarcelado. Cuando sale de prisión, decididamente se dirige hacia donde sabe que se encuentra su mujer, que ha perdido totalmente la memoria. De la misma manera, no hay que pasar por alto tampoco la existencia del filme italiano ‘Los rufianes’, que se estrenó en 1965 y que estuvo dirigido por Robert Enrico. Lino Ventura, Bourvil y Marie Dubois fueron los actores protagonistas de esta historia, una comedia dramática que cuenta cómo un hombre que hereda un aserradero y que está a punto de la quiebra por culpa, entre otras cosas, de unos operarios ineficaces. Por distintos avatares del destino contrata a unos presos que quieren reinsertarse, además de vengarse de alguien, y que se convertirán en los principales aliados del propietario.
Finalmente, no podemos pasar por alto que también Rufián figura en la lista de apellidos españoles. Buena muestra de ello es la persona de Gabriel Rufián Romero, un joven político catalán de 41 años, diputado que ejerce como Portavoz del Grupo ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) en el Congreso de Diputados, con gran peso dentro de su partido en los últimos años, sobresaliendo como luchador de modo contundente y hasta a veces agresivo por la independencia de Cataluña.