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Salvemos a la ética

13/07/2024
 Actualizado a 13/07/2024
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No sé lo que estarán pensando Sócrates, Platón o Aristóteles allá donde estén, pero seguro que nada bueno. Estarán atónitos viendo cómo eso que parieron y que conocemos como ética está cada vez más ausente en nuestras vidas. A priori se pensaría que la evolución y el desarrollo de las sociedades conllevaría una mayor presencia de la ética, pero nada más alejado de la realidad. Pero lo alarmante no es que cada vez sea más difícil encontrar un modelo de conducta ético que tomar como referente y que sirva de ejemplo al resto de ciudadanos, sino que se ha interiorizado y normalizado, sin rubor alguno, que la ética sea vapuleada e ignorada tanto a nivel individual como colectivo.

Es una evidencia que la convivencia en una sociedad democrática tiene como juez final la justicia impartida en los tribunales, pero estamos cometiendo un craso error si pensamos que una sociedad está sana si sólo el comportamiento de sus individuos se rige por las leyes. Que los ciudadanos deben actuar conforme a la legalidad es una obviedad, pero igual de palmario es que hay situaciones que no son ilegales, pero sí son carentes de ética. Y aquí es donde nos estamos haciendo trampas al solitario como sociedad o, mejor dicho, algunos están dándonos cartas marcadas para creernos el órdago de que la ética es prescindible.

Si huimos de la ética, nuestra sociedad está abocada al fracaso más pronto que tarde. Es más, ya estamos fracasando. Sólo hay que mirar a nuestro alrededor para ver que las conductas reprochables éticamente predominan en el día a día, tanto en nuestras vidas privadas como en las conductas de personas con cargos públicos de diversa índole. Y esto es más sangrante todavía, porque deberían ser nuestros dirigentes quienes dieran ejemplo y todas sus conductas, además de cumplir con la legalidad, no se alejaran de la ética. No podemos aceptar como buenas aquellas conductas que sí son legales, o en muchos casos alegales, pero que vulneran los principios de la ética, que si algo busca es el bien común. 

La gente que huye de la ética es porque sólo piensa en su beneficio particular, aunque ello conlleve perjuicios para el resto. En definitiva, el fin justifica los medios. La tentación está ahí. Es más sencillo y rápido llegar a tus objetivos si prescindes de los principios éticos. Por esta razón estamos siendo testigos de una degradación total de la ética y moral en nuestra sociedad. El filósofo Demócrates advertía de que todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa. Y peligrosamente esto es lo que está pasando en la actualidad.

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