Dicen que «todo lo que se paga con dinero es barato». Si lo piensas, verás que es una verdad como un templo. Dicho esto, tengo que replantearme a partir de ahora, lo de la lotería porque como es habitual, la suerte sobrevolará sobre nuestras cabezas, llevándose nuestros anhelos e ilusiones a tierras más prósperas.
Siendo de León, si yo fuera rico, haría lo que todo el mundo: comprar otro piso o poner el dinero a plazo fijo, para que el banco lo invirtiera en otras autonomías con más futuro que las nuestras (Castiga, illa digo y León).
En el caso de que hayas sido uno de los afortunados y te atrevas a nadar contra corriente, me permito sugerir algún negocio que te mantenga ocupado, te rinda beneficios y crees algunos puestos de trabajo.
Mi estudio de viabilidad se basa en los recursos humanos y materiales de esta provincia, así como en la premisa de que las grandes fortunas se amasan en períodos de crisis y decadencia. Así proliferan como hongos los políticos corruptos del máximo nivel político e institucional… que no nos van a sacar de la crisis, aparte de otras desgracias que irán llegando.
Pero a lo que iba, en cuanto a decadencia y penuria nuestro León, arrastra una población en regresión que pronto nos convertirá en una potencia mundial de senectud.
Una estrategia interesante sería la captación de pensiones, convirtiendo colegios, hoteles y pisos en residencias de ancianos. ¿Qué ya hay demasiadas? Pues ahí va otra propuesta. Mira en las academias y bibliotecas cómo los jóvenes, buscando trabajo, preparan cursos desesperadamente. Abre un centro de idiomas, pero no de inglés, francés o alemán o ruso, como todas, sino para enseñar catalán, gallego, vascuence o balear y eliminar el muro con que estas comunidades cierran el paso laboral a los castellano-parlantes, mientras en toda España están las puertas abiertas para todos estos «separatas»: Administración, banca, enseñanza, seguros y demás empresas: competencia desleal.
Por comparar el nivel de tontería en España, decir que en la vecina Francia, aparte del vascuence y el catalán, se hablan el alsaciano, el corso, el bretón, tahitiano, árabe argelino… (en familia o entre amigos) pero ningún gobierno se atrevería a cuestionar la primacía del francés, que es el único idioma imprescindible y suficiente para todo y en todo el territorio.
Por último, si te cae el gordo, ¡enhorabuena! pero, aunque se lleve mucho, no vayas a invertir tu dinero en la República Dominicana. Así no tendrás que ver descender del Falcon a gente indeseable, que sabe más que tú y guardar cola detrás de ellos.