Joaquín Sabina lo cantaría mejor que nadie, pero por si no lo vuelven a traer a León les cuento yo por qué sobran los motivos para venir a esta tierra que lo tiene todo. Recién aterrizada de los Madriles para asistir a la cosa oficial, me salen tantas razones que lo de que nos hayan hecho capital española de la gastronomía es casi lo de menos. Ahí va mi ristra:
Una visita a la Catedral. El chorizo de Honorio. La sopa de trucha de Castrillo. La cecina. La tarta de trucha. Los imperiales. Los tomates de Mansilla. La Cuevona de Valporquero. El entrecuesto. Las Medulillas de Yeres. El Palacio de Canedo. Las croquetas de Bodega Regia. El roblón de Vegabaño. Babia en globo. La cascada de Nocedo de Curueño. Pimientos del Bierzo. Conocer a Prada a tope. Las bodegas de Valdevimbre. León desde la terraza de Nimú. El bacalao de Valderas. Posada de Valdeón. Las pallozas ancaresas de Campo del Agua. Frisuelos. Vino albarín. Sangre guisada del Ribera. Pombriego y las dos Cabreras. Las cerezas de Fresno. Las Hoces de Vegacervera. La calle del Agua de Villafranca. El otoño de Omaña. El tostadillo. Beber en la Fuente de las Horas, en Barrios de Luna. Picos de Europa. El queso de Valdeón. Un chuletón de El Capricho (si no hay sitio, al maragato Filiel). La tortilla de Remellán. La chanfaina del Valle de Fenar. Patatas de Las Torres. Las castañas. Ver un oso. Un cocido al revés. Los nicanores. Las estrellas desde Peña Ubiña. Coger amanitas en el Torío. Ver Asturias desde Pajares. ¿Sigo?
Sobran los motivos
19/01/2018
Actualizado a
19/09/2019
Comentarios
Guardar
Lo más leído