Cristina Vega 2

Sobrecarga en el aire

21/05/2024
 Actualizado a 21/05/2024
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Este fin de semana ha estado marcado por un ambiente enrarecido, gobernado por la inestabilidad y el caos. Parece que es la pauta general en los últimos tiempos. El sábado hubo una manifestación en Madrid para defender la sanidad pública. Otra más y con idénticas reivindicaciones, pendientes de resolver desde hace años. El cuento de nunca acabar. Los últimos acontecimientos a nivel internacional tampoco resultan alentadores.

La crisis diplomática creada entre España y Argentina o la muerte del presidente de Irán y sus acompañantes en un accidente de avión son pruebas fehacientes de ello. Aunque, por desgracia, no son las únicas.

Las noticias que nos llegan se han convertido en un cóctel de despropósitos que contribuyen a aumentar la agitación y la incertidumbre.

Como si alguien se dedicase a dar palos a un nido de Vespa Velutina. Esas que poco a poco invaden el territorio de nuestras abejas y las aniquilan. Las mismas que construyen sus avisperos en lugares cada vez más inverosímiles y peligrosos. Sí, los animales y las plantas se encuentran tan desubicados como lo estamos las personas. Ya es habitual avistar ejemplares de algunas especies fuera de su hábitat natural, o que muestren comportamientos atípicos. Será el tiempo. Porque gran parte de España se ha visto afectada por temperaturas más bajas de lo normal en esta época. Además de las trombas de agua y granizo que han provocado multitud de incidentes, por no hablar de los efectos devastadores que tendrán sobre los diferentes tipos de cultivos.

El cambio climático, o como cada cual tenga a bien denominar a este evidente funcionamiento atípico del clima, deja ver sus consecuencias de forma cada vez más frecuente. Inquieta pensar en las sorpresas que nos debe tener reservadas. Por ahora prefiero mantener la esperanza en que las aguas puedan encauzarse favorablemente y que desaparezcan los nubarrones en todos los sentidos.

Confiemos en la sabiduría popular, después de la tempestad llegará la calma. 

 

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