¡Vaya palabro: Solastalgia! Se refiere a algo que nos afecta mucho a quienes, por estas fechas, regresamos a la tierra que nos vio nacer y , conmovidos, solo nos falta llorar; pero echamos en falta casi todo lo que configuraba nuestro hábitat rural: la siega, las trillas, los juegos, la comida, el río, el monte, las lagunas, el pinar... La inventó un filósofo australiano, un tal Gleen Albrecht, y quiere decir: trastorno psicológico tras los cambios provocados por el clima. ¡Si solo fueran psicológicos! ¡Y si solo por el clima!
Hay más palabras nuevas, como Ecoansiedad. Una de las que lo maneja es Teresa Franquesa, bióloga, aurora de un texto: «Cambio climático y ecoansiedad» en el que habla de «Volver al pueblo de vacaciones y ver que has perdido el entorno al que pertenecías». Quiere referirse al «Sentimiento de angustia por el futuro del planeta, o el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental».
Palabras a parte, los leoneses que regresamos en verano, somos conscientes de que algo está cambiando de verdad. Ese mundo rural ya no es el mismo, ni parecido, y el declive vital es tan patente que no hace falta más que darse una vuelta por cualquier zona de la provincia para sentirse angustiado hasta más no poder.
Y luego vienen las estadísticas y lo acaban de «jeringar». Cada día se van de León 7 personas en busca de una vida mejor. Y no es por culpa del cambio climático, sino por la transformación de una España rural minera y campesina en una España cliente de China y de sus establecimientos en la ciudad para las minucias, y de los grandes supermercados para lo demás.
«Palabros» nuevos. Es una nueva realidad. Y nada virtual. Y si no que se lo pregunten a una nueva artista-cantante, Amanda Theta, leonesa huida a Barcelona, que publica su disco: «Tres de tres» y reivindica su derecho a la emigración: «Pa’ buscarte la vida dejaste tu tierra y tu gente y aún se creen que fue suerte» Por eso nos aconseja a todos: «Deja de buscar la suerte. La tienes muy cerca. Yo la encontré en los de siempre». «De la España vaciada para el mundo».
Eso es heroicidad. ¡Viva la solstalgia! ¡Y la coansiedad! Pero siempre que logre uno escabullirse a tiempo. y buscar tréboles de tres hojas en otro lugar. Y viva León que tiene unos buenos centros de formación pero carece de perspectivas de supervivencia. Y viva una generación de escritores que se fueron, pero no han dejado de retratar en sus libros todo aquel mundo que se fue. Con nostalgia, si. Con melancolía, no.