Es la fábula un género antiquísimo que se fundamenta en poner en boca de los animales lo que no nos atrevemos a decir; por alusiones o consejos no solicitados. Suelen ser hirientes o cómicas, pero siempre acaban con una moraleja. Fedro y Esopo fueron destacados fabulistas en la Grecia Clásica. La fábula resistió el paso de los tiempos: Le Roman de Renart, en Francia; o aquí las de Samaniego e Iriarte: La zorra y el cuervo, la mosca y la miel… y otras que aprendíamos en la escuela nacional. No sé por qué me habrá venido a la mente la del burro flautista que comienza así: «Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pastaba un borrico por casualidad…» Y quien dice unos prados, puede decir el campus de la diputación de Badajoz. Escuchando las declaraciones de David Sánchez Castejón, lo primero que me llamó la atención fue el timbre de voz tan parecido al de su hermano. Por un momento pensé que quien hablaba era el presidente. Que algún día, posiblemente, tendrá que debutar.
Las preguntas coherentes de la juez Beatriz Biedma, demostraron que, a pesar de las presiones del gobierno e insultos desde la facción podemita, aún queda algo de Justicia e independencia en los tribunales. Por el contrario, el fiscal estuvo en la línea dictada por su jefe, García Ortiz –con cara de quien no ha roto un plato– que a estas horas está en el plató. Un debut como tuvo Begoña Gómez y en su momento lo tendrá a su tiempo Errejón de la misma manera en que lo vivieron los del caso Urdangarín.
Las respuestas de David sorprenden por su incoherencia, su estulticia o por sentirse arropado por su hermano y la seguridad que éste le brinda. Ignorar por qué se le paga, dónde curra, refugiarse en Portugal, con quién o para qué, podría entenderse como una actitud cínica. Pero el cinismo, como la ironía o el humor requiere una buena dosis de agudeza y me parece que por ahí no andan los tiros. Por mucha importancia que tenga, a mí no me gustaría haberlo tenido por compañero en la diputación. Del mismo modo que tampoco me gustaría navegar en el mismo barco que la Infanta.
Me atrevo a pensar que a la propia juez algún rictus se le escaparía, ante las majaderas palabras del sujeto. Lo más vergonzante es que la diputación pacense contrate un director de Artes Escénicas, para un centro inexistente y que, en León, a pesar de las promesas de Zapatero, no tengamos el centro que aseguró para el Teatro Emperador. Moraleja: no creas en las palabras de los políticos, que sacan la lengua a pacer.
En cuanto a la música asnal, si sonó la flauta, no fue por casualidad ni por talento, sino por el precepto cristiano: «Amarás a tu hermano».