Pedro Santa Brígida

Las tapas de León

15/07/2024
 Actualizado a 15/07/2024
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Mi amigo Luis conoció León hace un par de años. El casco antiguo le encantó. De vez en cuando me agradece haber insistido en que debía pisar cuanto antes la catedral, el museo de San Isidoro, el parador de San Marcos… pero sobre todo me habla de las tapas. Sus neuronas aún procesan y analizan cómo es posible semejantes viandas por una simple consumición de bar. Se pregunta y me pregunta ¿cómo es posible sacarle beneficio?

Luis es cántabro, adora la buena comida y sabe algo de vinos después de décadas de degustación. Compara las tapas de León con las de Granada y destaca que «en la cantidad no son comparables». Y como muestra una notable tendencia hacia los alimentos procedentes de las carnicerías, mantiene que «lo de León con las tapas no tiene explicación». ¿Dónde está el truco, Pedro?

En cierta ocasión, un conocido hostelero leonés me contó que –en el caso concreto de sus dos bares– tenía que superar las cuatrocientas consumiciones diarias para que le compensara la contraprestación de las tapas gratis con los precios de vinos, cervezas y demás. «Con las raciones, los cafés y las copas se completa el beneficio», dijo. Algún que otro empresario del sector, me lo ha corroborado, diferenciando temporada alta y baja y según el día de la semana del que se trate.

Le pasé la historia a Luis pero no le termina de convencer. Me hace cuentas con las copas de vino que salen de una botella y las cañas de un barril de cerveza... Lo cierto es que yo también tengo muchas dudas al respecto porque el hecho de que un empresario autónomo obtenga beneficios después de pagar nóminas, gastos corrientes, impuestos, etc. me parece casi milagroso.

En cualquier caso, ahora que no resido en la ciudad, echo más de menos que nunca esas espléndidas tapas. Cada vez que piso León me desquito lo que puedo, pese a que mi galeno dice que hay que cuidarse. Pues eso hago con pasión.

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