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Terremoto político actual

29/01/2019
 Actualizado a 09/09/2019
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Las elecciones andaluzas han sorprendido a ciertos analistas políticos que se prestan al calorcito del sillón subvencionado y al sí plácido de la mayoría.

A unos pocos no nos ha pillado por sorpresa. Siempre hemos mantenido que al pueblo español sólo le faltan gestores que antepongan su amor por la historia y la educación al ego desmesurado y a las prebendas que le abocan a la prepotencia, la rutina y el escarceo con la corrupción. Y menos nos sorprende lo que se avecina de forma inexorable.

La era socialista del tipo peronista terminó, aparentemente, el día en que los que hicieron de su status el patrimonio del pueblo comenzaron a considerar que el cortijo era de ellos y además promulgaron a los cuatro vientos que se acercaba el vendaval facha por todos los rincones de la finca andaluza, originando un caso de necedad política que no es la primera vez que se da, pero que es el resultado de la estulticia cuando se abandonan las principales tareas y objetivos que tiene encomendadas un servidor del resultado de las urnas y que no es nada más y nada menos que servir al pueblo y cumplir lo prometido.

Esto le ha sucedido al partido socialista que sigue cometiendo errores impropios de un veterano de la lucha política y que radicaliza perdiendo votos en una sangría interminable, impropio de alguien que ha ejercido el poder y que desea contar con el beneplácito de los españoles.

Tratar de solucionar un problema de territorio haciendo dejadez de las funciones más elementales como es la unidad territorial y alcahuetando a los que desean romper España, deshaciendo lo que han hecho otras fuerzas políticas argumentando el enfrentamiento civil como causa principal y desenterrando hechos luctuosos de otras épocas sin ofrecer un análisis y un conocimiento objetivo y crítico de la historia de esos hechos, parece irresponsable, ingenuo e inmaduro. Las dos Españas cosieron sus heridas y lo que debe hacer un dirigente responsable es promover el conocimiento de los errores y aciertos que cometieron todos en las contiendas civiles en las que es experto el pueblo español para que no se repitan más los errores lamentables que siempre nos conducen a la vía del enfrentamiento.

El otro gran partido no le va a la zaga porque es experto en el baile de la yenka, que ya saben cómo se realiza. Han practicado de todo con los dos brazos, con las piernas y con pasitos adelante y atrás, además de enunciar a lo que siempre fue el motivo de su existencia porque se ponían nerviosos anta la dialéctica de la izquierda más rancia que siempre a los demás de fachas, nazis y otras lindezas, sobre todo ahora cuando ven peligrar los nichos de votos del caladero más próximo al bolchevismo. El partido que saca a relucir la bandera nacional cuando otros lo hacen y les amenazan el caladero de la derecha y les da cierto reparo a oír el himno nacional, se apresura, ahora, a poner las velas a favor porque la gente ha huido de tanto meter la cabeza debajo del ala.

Esto es lo que tenemos y debemos sufrir actualmente y comprobar que la política que debía estar al servicio del pueblo para resolver los problemas presentes y adelantarse a los futuros sólo sirve para elegir la plataforma de lanzamiento de personas arribistas, algunos sin escrúpulos, hipócritas y que sólo se mueven a golpe del dedo del jefe de filas que les indica la votación y no ofrecen al pueblo gestiones de aporte de ideas, soluciones y planes de mejoramiento para que de una vez por todas abandonemos el papel de segundones en todos los aspectos.

¿Los partidos que se califican a sí mismos de distantes de unos y otros están dando motivos para confiar en ellos? A la vista está que bailar con unos y con otros sólo está dando resultados de remiendo y quítate tú para ponerme yo.

No se trata de quitarle la parcela al otro, se trata de gestionar el futuro de forma decidida y con ideas sólidas y sin calcar ciertos métodos poco éticos.

En definitiva, es una cuestión de decencia filosófica, humana y pensamiento, de algo que escasea en la sociedad actualmente más pendiente del oportunismo, la basura informativa y la alienación que se le ofrece por las redes y algunas redes.

Quizás las mentes pensantes de los gabinetes de campaña de los políticos deberían reflexionar sobre estos aspectos. Quizás los mismos que desean presentarse a los sillones deberían hacerlo y ofrecernos un espectáculo de honorabilidad renunciando a soportar las mismas promesas de siempre para no cumplirlas como siempre.
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