A lo largo de una década, entre 2002 y 2012, se fueron publicando los seis volúmenes del Léxico del leonés actual, obra de la profesora universitaria de origen galo Janick le Men, en la colección ‘Fuentes y Estudios de Historia Leonesa’ (tomos 93, 94, 95, 96, 128 y 133 respectivamente).
Constituye, sin duda alguna, un impresionante tesoro lexicográfico del leonés. Una obra de tal carácter requiere muchos años de trabajo, una gran competencia y sabiduría filológica, una metodología marcada por el orden y por el rigor, una documentación de fuentes de todo tipo, así como una pasión y un entusiasmo por la labor abordada, que da como resultado una obra ciclópea y excepcional.
León, que en tantas ocasiones es tan cerrado y ensimismado, y tan atento solo a sus intereses y a lo suyo, debe mucho a gentes foráneas que han vivido en su tierra y convivido con sus gentes y que, de modo silencioso y esforzado, han iluminado diferentes parcelas de su patrimonio.
El caso de Janick le Men es paradigmático de lo que decimos. No hay parcela, no hay término de las hablas leonesas que no aborde con rigor nuestra lexicógrafa. La consulta de cualquier entrada nos da, casi siempre, una doble noticia: tanto de tipo lexicográfo como también etnográfico y antropológico.
Cada término aparece definido en sus posibles significaciones. Se contrasta con lo aportado por otras obras de carácter dialectal tanto de las áreas leonesas como de otras limítrofes. Se documenta las fuentes bibliográficas de todo tipo en que aparece. Al tiempo que se nos indica en qué comarcas de la provincia es utilizado y de qué modo.
Nos recuerda el método filológico alemán de «palabras y cosas», que tiene como uno de sus mayores representantes al filólogo alemán Fritz Krüger, que tanto trabajara en su materia en el noroeste peninsular y que tanto iluminara esta área de nuestro territorio.
Krüger, de hecho, realizó trabajo de campo, por ejemplo, en Sanabria. Y es autor de numerosos trabajos que iluminan desde el punto de vista tanto filológico, como etnográfico y antropológico, todo el Noroeste peninsular.
De hecho, una de sus publicaciones se titula expresamente El léxico rural del Noroeste Ibérico, que, publicada entre nosotros en 1947, por la ‘Revista de Filología Española’, como anejo, sería traducido del alemán a nuestro idioma por Emilio Lorenzo y Criado.
Nosotros, a través de estas líneas, solamente queremos rendir homenaje a esa obra ciclópea del Léxico del leonés actual, que, con rigor filológico, conocimiento, dedicación y una entrega sin límites, nos ha regalado, en seis nutridos volúmenes, la profesora universitaria de origen galo Janick le Men.
Será muy difícil mejorarla. Completarla y matizarla (acaso esté en la mente de la propia investigadora) sí que es posible, ya que una obra de tal carácter se presta a ello.
Escuchamos siempre, de labios de Concha Casado, nuestra gran amiga de nuestro tiempo vivido en León, que la sociedad tenía que valorar, proteger y conservar todo su patrimonio, que había de tener una actitud activa ante él.
Léxico del leonés actual, como tesoro filológico que es, bien merece nuestra valoración, así como nuestro reconocimiento a su autora: Janick le Men.