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Tiempos muertos

01/02/2015
 Actualizado a 16/09/2019
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En los debates sobre las diferentes identidades que componen la identidad nacional, que en esta cuenta atrás hasta las elecciones se dispara hasta generar en el ciudadano un trastorno multipolar, nunca sale a colación la más española de todas expresiones: «Ya lo dije yo». Eso sí que es ‘Marca España’. Puedes haber dicho una cosa y su contraria, pero lo sueltas así, por delante, se hable de lo que se hable, como quien dice buenos días, y te exculpas de toda posible responsabilidad, ése sentimiento tan español que, si el «ya lo dije yo» cotizara en el Ibex 35, no conoceríamos a nuestra prima de riesgo. Pero la gracia está en mojarse antes. Echar la lengua a pacer. Tampoco hace falta llegar al extremo de Poli Díaz, que antes de su combate contra Pernell Whitaker sentenció «no me entreno más porque si no lo mato», y luego terminó recibiendo una paliza de la que en realidad ya nunca se recuperó. En León tenemos un gran experto en mojarse antes de que ocurra lo que tenga que ocurrir: Manolo Cadenas. El actual seleccionador de balonmano dijo antes del partido de cuartos de final que «Dinamarca tiene muchas virtudes pero también tiene un problema: que enfrente tiene a España». El de Valdevimbre es el rey de los tiempos muertos. Más allá de las estrategias, arenga a la tropa de tal modo que puede que sus jugadores no le escuchen, pero al espectador le pone la piel de gallina: «Esta zona es territorio hispano y por aquí no pasan», dijo el otro día en el Mundial de Catar, y no se estaba refiriendo a la valla de Melilla. Ya en León había dejado constancia de su talento para los tiempos muertos, cuando lanzó un mensaje tan directo y efectivo que para sí quisieran todos los ideólogos del leonesismo: «Esto es León y aquí mandamos nosotros», aunque por entonces lo cierto es que quien verdaderamente mandaba aquí era Isabel Carrasco (bis). En el PP, Aznar viene a ser algo así como Manolo Cadenas, el que dice lo que son y lo que son, lo que tienen que hacer y lo que no, el que les toca la fibra... en ocasiones hasta irritar. En el PSOE, se pasan la vida en un eterno tiempo muerto, con sus debates internos, preparando estrategias contra sí mismos, y demasiado a menudo se olvidan de marcar goles. Juntos suman tantos errores no forzados, tantas lagunas defensivas, que le dejan el camino despejado a quien no necesita más argumentos que el «ya lo dije yo».
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