Los leoneses vivimos junio con gran intensidad. Tras un curso cargado de emociones y recompensas, al fin los estudiantes pueden lanzar al aire apuntes y mochilas mientras los profesores van firmando expedientes y acto seguido, casi sin respirar, la traca final, las fiestas patronales de San Juan y San Pedro 2024.
Con un acertado, creativo y colorido cartel realizado por Christian Gaete, fusión de gótico, contemporáneo y pop art, se nos anima a los ciudadanos que rondamos la Pulchra a participar en actividades muy variadas. Tiene razón nuestro alcalde, José Antonio Díaz, hay eventos para todos los gustos y esta diversidad es en sí misma un acierto.
Seguro que muchos jóvenes han disfrutado sin cortapisas del Monoloco Music Fest que se celebró el pasado fin de semana. Yo sé de algunas chicas que todavía están afónicas por propia voluntad. Habrá rock, tecno, pop, pero también «come y calle», sevillanas, talleres de artesanía, torneos deportivos…
Yo soy muy clásica en estas cuestiones. Me decanto por Ara Malikian. Cuando ustedes lean estas líneas yo ya habré escuchado la magia de sus manos sobre su afortunado violín. El concierto de guitarra organizado en Casa Botines para conmemorar el cumpleaños de Gaudí también me parece una idea brillante.
Disfrutemos pues de estas fiestas quiera venir el sol o se oculte tras nubes y borrascas. Contemplemos los fuegos de artificio que inauguran el solsticio de verano.
Yo suelo tumbarme en la hierba del Paseo del Bernesga y mientras se derrumban palmeras de luz escucho a Häendel aunque algunos me miren raro. El año pasado se lo explicaba a un peque que se sentó a mi lado. Le decía: esta música se compuso para escucharla mientras vemos el cielo iluminado. Él me miraba a mí y asentía con el chupete como diciéndome: «No es mala idea». Y es que bastantes problemas conlleva la existencia, como para no celebrar cuando se puede y nos dan cita, la belleza de la vida.