Que las despedidas y las retiradas unen más a la sociedad que cualquier partido de fútbol a escala nacional, es algo con lo que más de una podría estar de acuerdo, pese a lo trágico de la noticia («líbreme Dios del día de las alabanzas», dicen en casa). Que la nostalgia es un arma útil y casi siempre resultona en estos espacios de opinión, es otro tema en el que seguro coinciden la mayoría de de las personas que pasan por estas páginas todos los días. Octubre ha estado bien nutrido de celebridades –de distinto tipo– que dicen ‘adiós’, y eso hay que aprovecharlo.
El mes comenzaba con dos despedidas para muchos esperadas. El deporte español ha sufrido dos importantes bajas de esos profesionales que consiguen unir más que separar, una posición que es de admirar en un pasatiempo que suele generar infinitas discrepancias. Andrés Iniesta y Rafa Nadal decían adiós a su actividad profesional después de años de alegrías para sus aficionados, que son casi todos en este país. Muchos adolescentes que ahora pasan de la treintena crecieron junto a estos dos deportistas mientras ellos mismos lo hacían también en su terreno de juego.
Aunque para choque duro entre los milenials, la separación repentina dentro de La Oreja de Van Gogh. Sí, sí, como lo lees. Si ya muchos tuvieron que lidiar con el ‘adiós’ de Amaia Montero poco después de que comenzaran los ‘dos mil’, ahora tienen que hacerlo ante los «caminos separados» de cantante y resto de la banda que han supuesto el inicio de una polémica que es posible que contenga trazas de fama y grandes cantidades de dinero. Abstenerse músicos con integridad.
Muchas personas crecieron con la voz de la irundarra sonando una y otra vez en el coche familiar, y nunca llegaron a creer otra ‘Oreja’ que no fuera con ella, pero las últimas dos décadas de este grupo no hubieran sido posibles sin Leire Martínez y su aguante frente a las comparaciones que han salido de la boca de todos.
Pero bueno, después de los últimos años, ya es sabido que los reencuentros son mucho más rentables que cualquier disputa, favor o, incluso, trabajo bien hecho. Y, si algo sabe esta generación que también ha estado marcada por las crisis de todo tipo es sobreponerse a las adversidades y reinventarse a cada paso –qué le vamos a hacer–, pero ya no cabe una decepción más apoyada en el dinero en estos cuerpos que aprendieron sobre la amistad con ‘La banda del patio’ o de justicia con ‘Pocahontas’. En fin, léase con ironía, pero estos tragos también hay que pasarlos.