Tres años menos un día

Mañana hace tres años eras muy joven. Ahora solo eres joven, casi adulto estándar. Mañana hace tres años te quitaron el parque, el tacto de los otros y las ganas de comer sin lavarte las manos. Mañana hace tres años se suspendieron las verbenas y hoy todavía tu pueblo no ha recuperado la línea de autobuses regulares por precaución. No vaya a ser que te infectes. Es mejor veros a todos apiñados sin espacio en el vehículo largo y desconchado que pretende imitar la estela del cometa Halley. Fugaz y escaso.

Mañana hace tres años desde que empezaron los gritos de balcón y el miedo. Miedo a la calle. Miedo tuyo y, sobre todo, el miedo de los demás. Porque eras blanca y rubia y jamás te paró la policía en la calle cuando ibas a hacer la compra. A tu vecina extranjera y morena sí.

Tantas cosas han pasado en tres años menosun día que casi se te ha olvidado todo lo que sentiste y solo teacuerdas cuando lo reflexionas y despierta el animal político. Entonces piensas en la rabia del abuelo de tu amigo, muerto en una residencia pública. Encerrado y solo.

El agotamiento y frustración de las mujeres de la limpieza –ellas, siempre ellas–, trabajadoras esenciales con sueldos basura que tuvieron que luchar porque se les reconociera su actividad de riesgo. No salvaban vidas, retiraban los restos.Después, el olvido. Porque la vida empuja en la misma medida que lo hace la muerte. Y tú has acumulado cuatros pisos y tres ciudades, como si el mundo se hubiera puesto a girar muy deprisa, con frenesí. No nos podemos permitir otro parón de producción con este material que no es otra cosa que tu carne. Dame más y más rápido y consume todo lo que te lanzo.

Pero, a veces, en nuestro presente vertiginoso y brillante se oye un crac. Hay polvo y debates que suenan al crujir de madera vieja.Entonces frenamos en seco, echamos la vista atrásy discutimos sobre cosas como la propiedad de los cuerpos ajenos, cuando convertirse en madre sin quererlo es vivir como una esclava o un animal doméstico.

Mañana hace tres años nos quitaron las servilletas de los bares y aún no las han devuelto.