Destrucción, paramización de las riberas. Todo desapareciendo, nosotros también.

Francisco Javier Pozuelo
20/06/2024
 Actualizado a 20/06/2024

¿Es moral, es justo que las riberas, que llevan milenios siendo tratadas como lo que son y fueron, riberas, se transformen en páramos? ¿Deben perder derechos históricos, naturales, deben perder patrimonio hídrico histórico y natural unos territorios en favor de otros? ¿Es justo que se hagan nuevos regadíos en secano en perjuicio de un territorio histórico de regadío? 

La tierra da lo que da y si pretendemos dirigirnos a la destrucción, lo estamos haciendo bien siendo muchos y agresivos, chupando hasta la última gota de sangre que se nos ofrece. El agua siempre fue por naturaleza del lugar de donde cae y del lugar por donde pasa. Nuestros antepasados gestionaban tierras y prados, cultivos y ganado en una cierta armonía en nuestros lugares, con la naturaleza ¿Ahora debemos salir de nuestras tierras…? No, nos echan, destruyendo lo que es, privándonos de los derechos naturales en favor de otros. En favor de una agroindustria perjudicial para la salud y el medio que fomenta la desigualdad, que creará nuevos terratenientes medievales y problemas para el futuro.

¿El equilibrio, donde está el equilibrio? Cobrar lo justo por tu trabajo y respetar conviviendo con todo y con todos. No, la extinción total no es una alternativa, es una realidad visible antes de que el cambio climático la haga inevitable si no cambiamos, nos hacemos sostenibles y respetamos la biodiversidad. Siempre el humano, el humano detrás de casi todo, de lo bueno y de lo malo. Cuando la inteligencia no está debajo de la rueda de una de una máquina, cuando la inteligencia no está en una línea recta, cuando la inteligencia no está. Se secan las riberas leonesas para regar secos montes, cerca en otras comarcas, o lejos en Castilla o donde se pueda llevar el agua. Nos quitan los regueros y la posibilidad de regar huertas. Se destruye nuestra alegría, la de las flores, de los árboles del país, de los peces, la dulzura de las moras, de un buen tomate, haba, berza, cultivado con el saber de siempre, de milenios. Diversidad es vida, es equilibrio, es menos químicos, si no lo comprendes, deberías estudiarlo por el bien tuyo, de todos. Un entorno diverso necesita menos químicos.

Se empequeñece la ribera con una sola especie. Se comienza a privatizar el agua, se pierde nuestra gestión, nuestros derechos históricos frente a nuevos regadíos en secano, frente a entubar regueros, encarcelar el agua para acabar vendiéndola, se hacen grandes tierras para grandes fortunas, se echa a la gente poco a poco sin darse ella cuenta, se fomenta lo inmediato e insípido, lo simple en esta ‘era del mono’, de lo único, de lo simple.

Tenemos pequeñas tierras porque éramos mucha gente y todos tenían algo para sobrevivir. Procuro no ‘poetizar’ esto con todo el dolor de los que nos echan de nuestra tierra, rompiéndola y plantando árboles de plástico sin respeto. Jamás teniendo compasión por las paleras (sauce blanco), los umeiros(aliso), los claveles, los picalpeces (martín pescador). Jamás teniendo compasión por el humano que puede vivir bien plantando 6 hectáreas, de lúpulo, frutas, hortalizas o plantas medicinales. Jamás fomentando lo sostenible en el tiempo, con más valor añadido, lo que se riega gestionado por nosotros los riberanos. Jamás fomentando y ayudando a quien quiera vivir con otros, convivir con gente en las riberas. Fomentando, eso sí, que un pobre humano tenga que, para vivir, sembrar más de 150 hectáreas, sangrando la tierra, agotando todo recurso y no apostando por la revalorización de un buen producto. Lo simple, siempre lo simple, o lo complejo.

¿Regar por gravedad o por bombas eléctricas en una ribera? ¿Qué tiene sentido? Dejar sin agua al pez, pato, garza, mora, al paisano que riega una huerta, o al que quiere gestionar lo suyo, sus derechos. 

Intentar hablar claro en estos tiempos es difícil, intentar ser comprendido ante tanta agresión es difícil. El agresor es como un toro, sólo embiste. Bueno, quizá con el toro se pueda razonar, o con las vacas, con las vacas que no tendrán prados donde estar, regueros donde beber, gente amable a la que dar su leche.

¿Qué alternativa? Educar, llegar a los jóvenes poniendo en valor la agricultura y la ganadería es un primer paso para que la gente se quede. Proporcionar los medios a esos jóvenes, que no los tienen! Que en un pueblo vivan 20 agricultores en vez de uno, 20 familias en lugar de una, abaratando los costes buscando cultivos con más valor añadido, pagando lo justo… Son necesarias seis hectáreas de lúpulo, me decía un amigo agricultor, para vivir y seguro que con otros cultivos, menos. Me echan, nos echan, no hay casi un sólo espino cerval, manzano silvestre, ni moras, ni bermejuelas, en las riberas de León. 

La gestión es agresiva, tecnología y brutalidad se unen para los intereses de unos pocos. Nos echan amigos, los grandes no quieren quien proteste por la pérdida de patrimonio natural, hídrico, histórico, cultural, recursos... Por la pérdida de derechos humanos. Saquean con ayuda de la ley el corazón de los indígenas de las riberas, o de otros lugares con agua o con otros recursos. Trasvase de derechos, todo patas arriba antinaturalmente. La vida se vuelve difícil en los lugares sin recursos, la gente se va, los grandes quedan con todo.

La gente se despista. En esta ‘era del mono’, la tristeza y la insatisfacción se instalan en la mayoría de las personas. Yo me pregunto por qué. Cómo dijo el jefe indio Seattle al final de ese emocionante mensaje al presidente de los Estados Unidos, cuando los europeos los echaban de sus tierras; «¿Donde está el matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila?, desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia». 

¿Queremos estar solos en el universo? ¿No es que llegamos hasta aquí gracias a la diversidad? ¿Es necesario explicarlo todo? Quizá sí.

¿Qué hacer para el futuro de más de 8000 millones de personas? ¿Cortarnos, pararnos un poco? ¿Dejar de crecer? Amémonos y amemos, plantemos buenas verduras amigos, plantemos árboles del país y regueros amigos, plantemos árboles, comida sana y diversa, y regueros. La nutrición es necesaria en todos los sentidos, no sólo de pienso vive el ser humano. Respiremos con todos nuestros sentidos todas las diversas formas de vida que nos nutren en todas las diversas variantes de la palabra nutrir. Mejillón de río, desmán de los pirineos y demás familia de la vida, resistan por favor.

Amémonos y amemos.

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