La Guardia Civil llegó a León en octubre de 1844, cinco meses después de su creación, hace ahora 180 años. Poco tiempo más tarde, en 1861, se instalaría entre nosotros la cabecera del 10º Tercio, al que se dotaba de competencias también en Asturias y en Palencia. Al año siguiente, 1862, la Guardia Civil estaba plenamente incardinada en la vida de la sociedad leonesa.
La primera referencia que conocemos relativa a su sede en nuestra ciudad se fija en el desaparecido Palacio de Don Gutierre, sito en la plaza del mismo nombre con vuelta a la calle de Cascalerías, derribado en los comienzos del siglo XX. Tal como anota Bravo Guarida, en su obra ‘Rincones Leoneses’ [1979, p. 14], en dicho inmueble «estuvo hacia 1860 el casino La Amistad y en él se celebró con júbilo la toma de Tetuán; después fue cuartel de la Guardia Civil y entre otras cosas hubo allí una escuela de primera enseñanza. Su último poseedor fue el Marqués de Villadangos». Asimismo, interinamente, algunas dependencias de la Real Colegiata de San Isidoro fueron también cuartel de la Guardia Civil desde 1873 y 1875.
Precisamente, el 27 de febrero de 1873, recién iniciada la I República Española, (11.02.1873-29.12.1874), el Ayuntamiento de León, en sesión plenaria, acordó, por unanimidad, felicitar a la Guardia Civil y acuñar una moneda conmemorativa por la conducta ejemplar del Tercio radicado en León, por su acción contra una partida facciosa que había invadido la provincia. A tal efecto, la corporación municipal acordó oficiar al Sr. Coronel de dicho Tercio, textualmente, «por el inmejorable comportamiento de sus individuos», y, asimismo, felicitar y dar las gracias al capitán graduado Teniente Gabino Esteban Barrigas y a los cincuenta guardias que actuaron en defensa del orden público, las personas y propiedades, acordándose también comisionar al alcalde de la ciudad, Pablo de León y Brizuela, y al concejal Francisco Miñón para que llevaran a término lo resuelto respecto a la referida moneda.
En 1889, el Benemérito Instituto ocupó un edificio ubicado enfrente de la Puerta de Caño Vadillo. En 1902, trasladó su cuartel a la Travesía don Cayo, nomenclatura popular alusiva a Cayo Balbuena López de Arintero, a quien me referiré después; luego, desde 1937, la vía urbana se denominó del Capitán Cortés, y a partir del 22 de febrero de 2022, calle de la Guardia Civil. En ‘La fuente de la edad’ [2003, p. 126], novela jocosa y burlesca de Luis Mateo Díez, autor leonés, académico de la Española y Premio Miguel de Cervantes 2023, la citada fuente de Caño Vadillo está inmortalizada como el Caño Rucayo.
Miguel Cordero del Campillo tiene escrito [«Conozca León y sus hombres: El León del siglo XX», 1986, p. 233], que «de este cuartel [se refiere al ubicado en la señalada Travesía don Cayo] salieron las ‘camionetas’ Dodge con el teniente Halcón y sus guardias civiles, para enfrentarse con los revolucionarios asturianos de 1934, en Campomanes. Allí reposan los restos del teniente y de tantos otros guardias civiles, entre los que recuerdo a Ricardo Turrión, de quien recibía yo, en mis años de inquilino de tal cuartel, caramelos, cacahuetes y otras golosinas».
Cayo Balbuena López de Arintero, hijo de Gabriel Balbuena Ferreras, Marqués viudo de Inicio, y de Regina López de Arintero, nació en León en 1825. Abogado, político y rico hacendado, distinguido entre los leoneses por la levita que vestía habitualmente, vivía en un chalet muy próximo al Café Suizo, luego Café Nacional, en el antiguo Paseo de los Negrillas, actual avenida de Ordoño II por acuerdo plenario del Excmo. Ayuntamiento de León de fecha 10 de junio de 1863, año de la llegada del ferrocarril a nuestra ciudad. Dicho arbolado fue arrancado el año anterior. Estaba compuesto por 21 negrillas, es decir, 21 olmos, que flanqueaban en dos hileras el citado paseo.
Cayo Balbuena falleció el 17 de febrero de 1909 a los ochenta y cuatro años de edad. Fue abad de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno en 1852 y de la cofradía de la Vera Cruz en 1891, alcalde de León de 1891 a 1893 y Senador electo por León, aunque no llegó a tomar posesión del cargo. Asimismo, en 1902 era abad de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, cuando el rey Alfonso XIII visitó León.
En 1943, el acuartelamiento se instalaría en la calle del Cid, donde hoy se alza la sede de la Audiencia Provincial, solar que, con fecha 17 de marzo de 1944, fue cedido al Ministerio de Justicia. La donación se llevó a cabo el 26 de marzo de 1945 mediante escritura suscrita el nueve de abril siguiente. Pocos meses más tarde, el Excmo. Ayuntamiento de León, en el sitio conocido como «El Parque», cedió al Estado un espacio de 19.080 metros cuadrados. Las obras finalizaron en 1954. Desde el uno de abril de 1955, hace, por tanto, sesenta y nueve años, allí se ubica dicho acuartelamiento.
Entre el tres de octubre, lunes, y el nueve de octubre, domingo, de 2022, con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar, patrona del Instituto Armado, que en España es la fiesta más antigua en honor de la Bienaventurada Virgen María, se llevó a efecto en nuestra ciudad la ‘Semana Institucional de la Guardia Civil’, en cuyo transcurso se desarrolló un apretado y brillante programa de actividades, que finalizó con una emotiva parada militar el señalado domingo de octubre, donde participaron unidades de toda España.
El referido tres de octubre, la Guardia Civil recibía la Medalla de Oro de la ciudad de León, en un emotivo acto celebrado en el Auditorio, en palabras del alcalde de León, José Antonio Díez Díaz, «en reconocimiento a su vinculación con León y a los servicios prestados a la ciudadanía en los más de 160 años de estrecha colaboración». Aquel mismo día, previamente, el Secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, descubría una placa conmemorativa del antiguo acuartelamiento de la Guardia Civil en la céntrica calle que hoy lleva su nombre.
El 12 de octubre, Día de la Hispanidad y Fiesta Nacional de España, es la festividad de la Virgen del Pilar que, como he dicho, es la patrona de la Guardia Civil. Dada tan señalada fecha, los renglones precedentes no son otra cosa que un modesto homenaje de gratitud y admiración al Instituto Armado por su abnegada y plausible labor a través de los años en aras de la paz, seguridad y bienestar social de León.
Máximo Cayón Diéguez es Cronista Oficial de la ciudad de León